LOS DIEZ MANDAMIENTOS algo actualizados pero
plenos de sentido,
para los que decimos que creemos en Dios
1.- Amarás a Dios sobre todas las cosas, no
harás un dios del dinero, ni del poder, ni del prestigio, ni de alcanzar
posición social. Amarás a Dios y, por tanto, a la humanidad y todo lo que hagas
será para mejorar la humanidad. No ofrecerás sacrificios a ningún dios falso
creado por ti tales como el dinero, el poder, el prestigio, la fama. No
sacrificarás a la humanidad para pagar una deuda ilegítima adorando al dios
dinero.
2.- No tomarás el nombre de Dios en vano, diciendo
que gobiernas como Dios manda cuando no llevas el amor ni a Dios dentro de tu
corazón y no haces lo que Dios quiere, que es cuidar de la humanidad. No
tomarás el nombre de Dios en vano, yendo a misa, rezando y comulgando mientras
todas tus obras son abominables a los ojos de Dios, mientras todas tus obras se
encaminan a dañar a la humanidad, el pueblo de Dios.
3.- Descansarás y permitirás descansar del
trabajo los días justos que correspondan a una vida digna. No obligarás al
trabajador a trabajar sin descanso y sin medida. No obligarás a la gente a
tener dos y tres trabajos para poder sobrevivir, no obligarás a la gente a
llegar a la extenuación para tener siquiera qué comer. No explotarás al obrero
y le pagarás su salario justo para que pueda disfrutar de su ocio y de su vida
dignamente y esto le conduzca a la felicidad.
4.- Honrarás a tu padre y a tu madre no
robándoles sus pensiones y no robándoles con preferentes. Los honrarás
asegurándoles una vida digna en su vejez. Los honrarás no engañándoles,
haciéndoles trabajar toda su vida para luego robarles su jubilación. Los
honrarás ayudándolos, no dañándolos tal como haces ahora.
5.- No matarás. No matarás condenando a
la gente a la miseria, a la precariedad, a la desesperación, al suicidio. No
matarás suprimiendo los servicios públicos de salud y educación. No matarás a
la sociedad condenándola al paro endémico y estructural. No matarás poniendo
cuchillas en las vallas de las fronteras. No matarás las ilusiones, las fuerzas
y las ganas de los jóvenes presentándoles un panorama artificial de
desesperación y llamada a la inacción. No matarás la esperanza mintiendo sobre
esta crisis Sísifo que has creado para nunca acabar.
6.- No cometerás adulterio, adulterando la
verdad, manipulándola, engañando a la gente para obtener tu beneficio. No
cometerás adulterio adulterando la realidad creando una crisis mentirosa que es
una estafa en la que estás robando todo al pueblo de Dios, que es toda la
humanidad. No cometerás adulterio manipulando a los medios de comunicación para
que se conviertan en tus voceros y cerrándolos cuando ya no te hagan falta.
7.- No robarás. No robarás. No robarás. No
robarás al pobre para dárselo al rico, porque la única manera de que haya ricos
es empobrecer a la humanidad, es crear pobreza donde no la había, la única
manera de que haya ricos es robar al pueblo de Dios, toda la humanidad. La
única manera de que haya ricos es crear pobres. No robarás. ¿Está claro? Es que
no sé cómo decirlo más claro.
8.- No dirás falso testimonio contra tu prójimo.
No mentirás en los juicios. No dejarás impune al culpable mientras castigas al
inocente. No dirás que no sabías que te alquilabas el piso a ti misma. No dirás
que no recibías sobres cuando los recibías. No dirás que eres inocente cuando sabes
que eres culpable. No dirás que no has despilfarrado dinero público cuando lo
has hecho a manos llenas. No dirás que no has defraudado y engañado para
enriquecerte a costa del pueblo de Dios, toda la humanidad, cuando sabes que lo
has hecho. No dirás que cualquiera lo haría en tu lugar para justificarte,
porque no lo ha hecho cualquiera: lo has hecho tú.
9.- No consentirás que te dominen pensamientos
impuros tales como la avaricia, el egoísmo, el ansia de poder, el ansia de
prestigio social, el ansia de posesiones materiales, el ansia de dinero, porque
si consientes que te dominen estos pensamientos impuros, tu vida será esclava
de ellos y todo lo que hagas será para conseguir saciarlos, dañando al pueblo
de Dios, a toda la humanidad.
10.- No codiciarás la casa de tu prójimo, ni le
tendrás envidia. No codiciarás cosa alguna de tu prójimo ni sentirás
envidia de ellas. No codiciarás los impuestos del pueblo, no codiciarás la
salud del pueblo, no codiciarás la educación del pueblo, no codiciarás la sumisión
del pueblo, no codiciarás el sufrimiento del pueblo, no codiciarás la vida del
pueblo, no codiciarás el alma del pueblo, del pueblo de Dios que es toda la
humanidad.
Los diez mandamientos. Adolfo Ranero. Publicado en ALANDAR
nº 305
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