dissabte, 28 de desembre del 2013

No estalviar en solidaritat

Conversaciones en el Foro GOGOA: Carlos Sánchez Mato, economista

“Los ahorros de la sociedad no deben estar en manos privadas: es precisa una banca pública”

Javier Pagola
Lunes 2 de diciembre de 2013
Publicado en alandar nº303




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Carlos Sánchez Mato se autodefine como economista heterodoxo. Forma parte de ATTAC (Asociación para la Tributación de las Transacciones Financieras) y de las Plataformas por la Banca Pública y por la Auditoria Ciudadana de la Deuda.

¿Por qué defiende usted una banca pública?
Bastantes economistas heterodoxos, al pensar en el sistema financiero, opinamos que los ahorros de la sociedad no deben estar en manos privadas ni ser gestionados por ellas. Porque la banca privada sólo busca la mayor rentabilidad a corto plazo y eso provoca el desastre social. La sociedad no se da cuenta de ello hasta que se producen estallidos como el que estamos viviendo.

¿Qué pasaba en nuestro país cuando la quiebra de Leman Brothers?
En España el anterior presidente del Gobierno, al regreso de un viaje a los Estados Unidos, dijo, textualmente, que “España tenía el sistema financiero más solvente y más potente del mundo” y presumió de un riguroso sistema de vigilancia de las prácticas financieras. Sin embargo, en nuestro país, a partir de la entrada en el euro, hubo un crecimiento desaforado del crédito. Una sucesión de burbujas -y no sólo la inmobiliaria- que han producido un desmedido encarecimiento de los activos: viviendas, acciones, valores de empresas cotizados o no en bolsa. Como había crédito fácil, se pagaron altísimos precios por esos bienes.

¿Qué han supuesto los rescates bancarios?
El ex presidente del gobierno no debía creerse mucho lo que dijo. Casi al mismo tiempo en que regresaba de su viaje, se aprobaron, en nuestro país y en la Unión Europea, una serie de medidas que supusieron el inicio del rescate más considerable que se ha producido nunca en la economía mundial. En el caso español ha supuesto un uso descomunal de dinero público para salvar de la quiebra a las entidades bancarias, que no han perdido nada de sus posesiones ni de su poder. Ha supuesto un descomunal trasvase de la deuda privada hacia el Estado. Y las más beneficiadas han resultado ser las élites que siguen dominando los consejos de administración de bancos y cajas de ahorro y han logrado que todo siga igual.

¿Cómo se ha presentado ese rescate?
Ocultando sus razones -su verdadero carácter- y maquillando sus prácticas. Usando los medios de comunicación y repitiéndolo como un mantra, nos han hecho interiorizar que el problema era sólo de la cajas de ahorro y no de la banca privada y nos han hecho ver que estábamos ante problemas de liquidez y no de solvencia de las entidades financieras. También nos dijeron que ese dinero público se iba a recuperar. Y que, como todos hemos contribuido al desastre, tenemos que pagarlo entre todos también. Son cuatro grandes falsedades.

¿Cuál es su versión?
Puedo asegurar que las ayudas prestadas al sistema bancario español han sido proporcionadas en un 50% a las cajas y la otra mitad a los bancos. El sistema bancario español, como el europeo y mundial, sigue estando en quiebra, es insolvente, no dispone de bienes suficientes para hacer frente a las deudas que tiene. Su realidad patrimonial y sus balances están trucados, según viene denunciando ATTAC continuadamente; además, tienen como rehén los depósitos de la gente y los accionistas exponen poco dinero. El dinero de todos puesto en el sistema bancario debe convertirse en acciones de propiedad pública.

¿Están seguros los depósitos de los ahorradores y ahorradoras?
Las entidades financieras privadas saben que los estados, es decir, el conjunto de la población, siempre han estado dispuestos a salvar sus comportamientos nocivos. Tras conocerse la quiebra de Lehman Brothers, la primera medida que se tomó, para toda la Unión Europea, fue elevar la garantía de los depósitos, desde veinte mil a cien mil euros por titular. Ese es el seguro que permite a la gente dormir tranquila cuando deja su dinero en un banco. ¿Quién lo protege? El Fondo de Garantía de Depósitos, que en España no sólo no tiene dinero, sino que está en situación de quiebra técnica porque, en este momento, según las cuentas oficiales, tiene un patrimonio negativo de menos tres mil millones de euros. Con esa cuantía negativa está asegurando todos los depósitos de hasta cien mil euros que hay en el Estado español y que en la actualidad suman 795 mil millones de euros. Pero la gente no retira sus fondos. Confía en que el Estado protegerá sus ahorros y por eso ese aval es ayuda pública.

Si el consejo de ministros de la Unión Europea decreta que España ha llegado al fin de la situación de rescate, ¿eso es así?
No. En absoluto. Las instituciones financieras (a pesar de toda la ayuda que han recibido: 1’42 billones de euros, de los que sólo 41.300 millones provienen del rescate europeo del Mecanismo Europeo de Estabilidad) tienen ahora una deuda de 1’23 billones de euros. No sólo no han reducido, sino que han incrementado su deuda durante la crisis, mientras las familias y las administraciones públicas la han reducido. No se han adoptado las medidas que, de verdad, solucionan el problema.

¿De qué modo se han proporcionado esas ayudas?
De manera muy sibilina. No es agradable para ningún gobierno contar que se producen recortes sociales mientras se aporta tan gran cantidad de dinero público a entidades privadas, pues tanto los bancos como las cajas lo son. Y, así, se han usado diversos instrumentos y fórmulas, que constituyen –todos- ayudas públicas. Pero las ayudas han sido de diferente tipo. Unas en forma de inyecciones de capital a fondo perdido (como sucedió, por ejemplo, en Bankia) y esas son las únicas que el gobierno -y sus terminales mediáticas- consideran ayudas; y dicen que, como son para solucionar un quebranto económico, no se van a recuperar. Pero también ha habido esquemas de protección de activos, que vienen a ser seguros contra pérdidas (así ha comprado La Caixa a Banco de Valencia, con una ayuda de 10.000 millones de euros -el equivalente a la tercera parte de lo que cuesta pagar las ayudas de desempleo- y, sin embargo, La Caixa presume de que eso no son ayudas públicas). Igualmente, el Banco Central Europeo viene prestando dinero público, para que tengan liquidez, a entidades bancarias españolas que, en diciembre del año pasado le debían 357 millones de euros; ¿por qué no ofrece ese banco de titularidad pública prestamos, a su actual tipo de interés del 0’25%, a ciudadanos y empresas europeas que los necesitan? Hemos avalado las ingentes emisiones de deuda de las entidades y creado un banco “malo” para “reciclar” sus activos tóxicos. Todo eso forma parte del rescate.

¿Qué es lo esencial en su idea de banca pública?
Tiene que ver con un nuevo modelo de planificación, debe ser una herramienta al servicio de otro modelo de desarrollo diferente, porque el sistema capitalista no es capaz de producir un crecimiento sano. Y también es precisa una gestión participativa de parte de los ahorradores.

¿Cómo se puede reclamar y conseguir una banca pública en manos y al servicio de la ciudadanía?
Sólo puede llevarse adelante con mayorías sociales potentes que han de construirse con educación popular, creando conciencia crítica. Hacen falta minorías que sean capaces de contagiar a pequeños grupos la idea de que existen alternativas posibles con otros parámetros e ir logrando agregados sociales que las hagan realidad. Esa puede ser una tarea larga, pero ahora existen condiciones objetivas para lograrlo. Hace falta un cambio de mentalidad: el planteamiento sería que la mayoría de la gente entienda que o se crea esa banca pública o sus ahorros peligran, que el dinero es un medio y no un fin y que el mundo financiero existente es pura especulación a favor de unas élites y no ayuda a crear riqueza y servicios para las personas y la comunidad.

dijous, 26 de desembre del 2013

Missatge en temps de Nadal








UN MENSAJE POR GEORGE CARLIN:

La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista mas estrechos.
Gastamos mas pero tenemos menos, compramos mas pero disfrutamos menos.
Tenemos casas mas grandes y familias mas chicas, mayores comodidades y menos tiempo.
Tenemos mas grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, mas expertos pero mas problemas, mejor medicina pero menor bienestar.

Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reímos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiado televisión y oramos muy rara vez.

Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores.
Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.

Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir.
Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años.
Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior.
Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.

Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma.
Conquistamos el atomo, pero no nuestros prejuicios.
Escribimos mas pero aprendemos menos.
Planeamos mas pero logramos menos.
Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar.

Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos.

Estos son tiempos de comidas rapidas y digestion lenta, de hombres de gran talla y corta edad de caracter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales.

Hoy en dia hay dos ingresos pero mas divorcios, casas mas lujosas pero hogares rotos.
Son tiempos de viajes rapidos, pañales deshechables, moral descartable, acostones de una noche, cuerpos obesos, y pildoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar.

Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta, y en que tu puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente borrarlas.

Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aquí siempre.

Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejara de ti.

Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo.

Acuérdate de decir te amo a tu pareja----- y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente.

---Un beso y un abrazo pueden reparar una herida -----cuando se dan con toda el alma.

---Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo.


Date tiempo para amar y para conversar, y comparte tus mas preciadas ideas.

Y siempre recuerda:

La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.



George Carlin.

dimecres, 25 de desembre del 2013

Una carta amb les finestres obertes




                                     Mural de la Parròquia de Sant Francesc d'Assís de Bellavista
                                                  (Les Franqueses del Vallès) fet pel Xavier Rosell 

¿POR QUÉ TE HICISTE HUMANIDAD?
Carta de preguntas al Niño Dios
THELMA MARTÍNEZ, STJ, thelmastj@yahoo.com.mx
NICARAGUA.

ECLESALIA, 24/12/13.- Querido Niño Dios: Cuando era niña, me enseñaron que podía escribirte una carta para pedirte mis regalos de Navidad. Yo fui parte de ese resto de humanidad que aún podía acceder a pedir regalos de Navidad para que me los colocaran en el árbol y el Nacimiento de la sala de mi casa y me despertaran a las 12 en punto de la madrugada del 25 de Diciembre y encontrarme con “tus” regalos. Sólo que no me explicaron por qué a otros niños no les llevabas nada…
Hoy las cosas son un poco diferentes. Crecí, y la niña que escribía cartas para pedir juguetes se convirtió en una mujer que contempla la vida y se pregunta cosas difíciles, sin respuestas… Pero como estamos en época de Navidad, decidí escribirte esta carta, como cuando era niña, sólo que ahora soy una mujer…
Y sólo se me viene esta pregunta, tonta, pero es MI pregunta a vos en esta Navidad… ¿Por qué te hiciste HUMANIDAD?...
¿Por qué un niño pequeño, pobre, marginado, frágil, dependiente, en un establo y no en una casa normal? ¿Por qué los extremos y no los puntos medios donde otros humanos nos podamos “medir” un poco más equitativamente a tu altura? ¿Por qué lo pequeño, lo sencillo, lo humilde? ¿No ves que de todos modos andamos buscando por todos lados la grandeza, lo deslumbrante, lo que “vale” y lo que sirve? Y si elegiste nacer así de pobre, así de simple, así de sencillo… ¿es que esperabas que aprendiéramos alguna lección? Y si es así… ¿por qué ha sido tan difícil aprenderla después de más de veinte siglos?...
Te explico…
Son las vísperas de la Navidad y la gente anda como loca en las calles comprando regalos de navidad. Yo misma estoy preocupada porque no tengo mucho presupuesto para eso y no sé qué darle a los míos… Ya sean ricos o pobres, todos andan con la misma preocupación. Los regalos. La cena… es que la Navidad se ha convertido en un comercio desde hace mucho tiempo. Para los ricos o clase media, es un estrés… para los pobres, sigue siendo un tiempo de dolor y nostalgia, un tiempo donde tocan su pobreza con las manos llenas de callos y los ojos nublados por los escaparates deslumbrantes de las tiendas, donde se quedan prendidos sus deseos de llevar cosas a los suyos. Y yo me pregunto si esto es lo que realmente recuerda el misterio de tu Nacimiento tan pobre y sencillo, tan simple…
Mientras yo comeré una cena buena, moderada a mis posibilidades, sé que miles de seres humanos no tendrán nada en la mesa, y sé que la gente pobre de mi pueblo esperará los juegos artificiales de las 12 de la noche para irse a sus camas sintiendo otra Navidad más que se va y les deja vacíos, más pobres tal vez. Y no puedo con ello… No lo comprendo. Si la Navidad se trata de recordarte, de celebrar que te hiciste humanidad, ¿no debería de ser el tiempo de mayor solidaridad humana en este mundo? Y en vez de sentir excitación por los “regalos” de Navidad, siento un dolor hondo en la consciencia, y esta impotencia…
La otra pregunta (que es la misma), me preocupa siempre, fuera de la época de Navidad.
La HUMANIDAD… ¿qué es?
Porque en estos siglos la hemos entendido un poco diferente que vos…
Es extraño tu Evangelio… nacer en un pesebre… ¿a quién se le ocurre? Revelarse a unos pastores y no a unos poderosos… Los sencillos y humildes de corazón… En realidad aún es extraño este Evangelio, pues en el fondo lo que nos importa es aparecer bien frente a los demás. No sólo en lo superficial (vestidos, cosas, bienestar, prestigio, fama, dinero…), sino en lo cotidiano. Es difícil mostrar la fragilidad humana que llevamos dentro. Todos, ricos y pobres, buscamos cómo esconder nuestro dolor, desconcierto, miedos, limitaciones… y competimos de forma descomunal unos y otros, hasta por los lugares en el bus o en el tráfico atascado (si tenemos carro)… Y cuando tocamos el barro que somos por dentro, cuando “metemos la pata” y nuestra imagen queda desacreditada ante otros, es como si lo perdiéramos todo. Y cuando vemos esa fragilidad en otros, les criticamos y hacemos picadillo, como si nosotros estuviéramos exentos de error… ¡Y vos naciendo en un pesebre! No lo entiendo… aún no te hemos comprendido mi querido Niño Dios… tu mensaje de Navidad se nos hace inteligible a causa de tanta información que nos han dado de lo que tiene que ser el ser humano “perfecto” y “feliz”… Un ser que todo lo puede, que todo lo tiene, que es bonito, limpio, vive bien, es inteligente, competente, productivo, eficaz, bueno, educado, útil a la sociedad. Todo lo demás queda fuera…
Pero vos nacés fuera de los márgenes de la cuidad… como un acto de protesta contra un sistema que ha prevalecido por siglos…
¿Será que un día comprendamos el Misterio de tu nacimiento humilde? ¿Será que un día comprendamos el Misterio magnífico de la HUMANIDAD? ¿Será que un día nos sentaremos en una misma mesa de iguales, ricos, pobres, inteligentes, sabios, tontos, enfermos mentales, drogadictos, catedráticos, prostitutas, homosexuales, sacerdotes, religiosas, mendigos, doctores, presidentes, barrenderos, empresarios, vendedores ambulantes y celebraremos la cena de Navidad recordando que Dios, DIOS, quiso nacer como el más pequeño de los seres humanos de la tierra?
Si esto fuera posible… quizás ese sea hoy el regalo de Navidad que te pido en esta carta… Ya pasó el tiempo de los juguetes… hoy es tiempo de invocar tu HUMANIDAD y desearla para toda la tierra… para mi pueblo… para mi gente… y para mí, que soy un ser humano roto y en proceso de restauración, parte de este mundo roto que sólo necesita de tu presencia para ser sanado.
Si pudieras pasarte por aquí un rato en esta Navidad, y contagiarnos un poquito de esa humanidad tuya tan humana… sería nuestro mejor regalo de Navidad… pondremos un plato más en nuestra mesa, por si querés pasar…

dilluns, 23 de desembre del 2013

La pau, fruit de la justícia

 

 

2º COMUNICADO DE “EVANGELIO, JUSTICIA Y DERECHOS SOCIALES”, CATÓLICAS/OS DE MADRID

 Domingo, 22 Diciembre 2013


LA PAZ, FRUTO DE LA JUSTICIA

Las organizaciones católicas que forman parte del colectivo Evangelio, Justicia y Derechos sociales queremos manifestar públicamente nuestra postura en relación con el Anteproyecto de Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana que el Consejo de Ministros ha aprobado el 29-11-2013.

La Ley y su contexto

En los últimos años la sociedad española está atravesando una delicada situación, consecuencia de una crisis económica producida sobre todo por una desigualdad creciente en la distribución de las rentas en las últimas décadas. Ello había obligado a la inmensa mayoría de los ciudadanos a endeudarse para hacer frente a sus necesidades más elementales.
Las entidades financieras se han beneficiado de esta situación utilizando prácticas especulativas, engañando y estafando en no pocos casos a algunos sectores de la sociedad. Los responsables políticos por su parte no han cumplido con su responsabilidad de reguladores y árbitros entre los intereses de los distintos grupos sociales. Y ellos mismos en demasiados casos se han enriquecido ilícitamente participando en episodios de corrupción.
Hoy están implementando una salida a la crisis que no sólo no corrige esta injusticia de origen, sino que profundiza más en ella. Todas las medidas que se están tomando cargan sobre la pérdida de derechos y nivel de vida de la mayoría de los ciudadanos: reformas laborales, fiscalidad, recortes en sanidad, educación, servicios sociales, pensiones, etc.  y siguen beneficiando a los sectores económicamente más poderosos: ayudas a los bancos, permisividad ante el fraude fiscal y la corrupción, privatizaciones, etc.etc.
La toma de conciencia ciudadana ante esta situación ha provocado un tipo de indignación y protesta que se ha mantenido en unos límites generalmente democráticos y pacíficos. Han sido mínimos los episodios de violencia y en algunos casos hay fundados indicios de que han sido provocados por elementos ajenos a los responsables y participantes en las manifestaciones. Según cifras oficiales, en 2012 hubo 4000 manifestaciones en Madrid. Solo en 12 se registraron actos violentos. Podemos asegurarlo porque muchos de nosotros hemos participado en estas protestas.
Entendiendo que la inmensa mayoría de las movilizaciones son pacíficas, apostamos por la no-violencia como camino para construir el futuro. Nelson Mandela es un buen ejemplo de lucha no violenta y trabajo por la reconciliación en una sociedad herida.
Los jueces, por su parte, han reconocido en no pocos casos que lo que los distintos gobiernos consideraban un atentado al orden público no era otra cosa que el ejercicio de las libertades civiles. Sin embargo, frente a estas prácticas de participación democrática, la criminalización y penalización por parte de ciertos medios de comunicación y por los responsables políticos ha ido en aumento.
Creemos que el Anteproyecto de Ley, que ahora se presenta como “de Protección de la Seguridad Ciudadana”, es en realidad una normativa para desactivar los movimientos crecientes de los ciudadanos en defensa de sus derechos y su dignidad. De llevarse adelante, impedirá que podamos ejercer las más elementales libertades.
Los jueces habían primado hasta ahora la libertad de expresión y emitieron duros autos contra la actuación policial. En adelante, estas sanciones no requerirán ser refrendadas por un juez, eliminando así la última garantía democrática, ya que las sanciones administrativas podrán ser impuestas directamente por las Delegaciones de Gobierno, sin control judicial previo.
Estas medidas se complementan con las del Ministerio de Justicia: Recurrir ante los tribunales multas como las que se imponen en esta Ley costará hasta 2.750,00 euros en tasas; gastos de abogado y procurador aparte. El objetivo de estas medidas parece claro: complementar la profundización del ajuste social con un nuevo ajuste penal. Esta combinación entre represión dura y blanda no tiene otro propósito que infundir miedo y convertir a los ciudadanos que desafían al Gobierno en una masa amordazada y obediente.
La Ley, tal como está redactada, no sólo supone una represión de las movilizaciones violentas, sino una seria amenaza para las pacíficas también, porque contiene elementos de grave arbitrariedad, ante los cuales los manifestantes, incluidos los manifestantes pacíficos mayoritarios, se encuentran indefensos y sometidos a grandes multas o procesos judiciales.

B.- Opus justitiae pax

La paz y la seguridad son dos objetivos sin duda necesarios para la vida social, pero en la tradición cristiana no vale cualquier tipo de paz ni la seguridad a cualquier precio. La consigna que atraviesa toda la Biblia, formulada por los profetas de Israel es esta: “Opus justitiae pax” (La paz es fruto de la justicia, Is. 32 / 17). No una paz basada en las relaciones injustas ni en la razón de la fuerza.
El papa Francisco en su primera carta apostólica que acaba de publicar “El gozo del Evangelio” (24-11-2013) recoge esta tradición con palabras inequívocas:
Identifica la desigualdad como el mayor desafío económico de nuestro tiempo. “Hoy tenemos que decir ´no a una economía de la exclusión y la inequidad´. Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa … Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas ... por los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante” (nº 53)
“Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común. Se instaura así una nueva tiranía invisible, que impone, de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas. Además, la deuda y sus intereses alejan a los países de las posibilidades viables de su economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real. A todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales” (nº 56)
En este contexto,  sigue diciendo - la verdadera seguridad ciudadana presupone el cambio de tales situaciones: “Hoy en muchas partes se reclama mayor seguridad. Pero hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia... Cuando la sociedad abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar la tranquilidad, porque este sistema social y económico es injusto en su raíz … Del mal cristalizado en estructuras sociales injustas no puede esperarse un futuro mejor” (nº 59)
“Las armas y la represión violenta sólo sirven para pretender engañar a los que reclaman mayor seguridad. Más que aportar soluciones crean nuevos y peores conflictos... Algunos también se regodean culpando a los pobres de sus propios males y pretenden encontrar la solución en una “educación” que los tranquilice y los convierta en seres domesticados e inofensivos” (nº 60)
El propio Jesús se enfrentó a situaciones donde quería limitarse su expresión como en su entrada en Jerusalén (Mc 11, 1-11), aclamado por el pueblo con el título subversivo de "Hijo de David", que se acabó convirtiendo en una "concentración no autorizada", lo que provocó, junto a otros factores, la crucifixión de Jesús. Este acto subversivo pacífico, la entrega de Jesús, su apuesta por los oprimidos significa para nosotros un testimonio de ánimo. Desde la cruz Jesús dona su sangre y envía su Espíritu (Jn 19, 30.34); desde ahí, los cristianos apostamos por estar junto a los crucificados de la historia y de la sociedad; Dios está junto a los testigos incondicionalmente y no hay Imperio ni Ley, ni persecución, ni condena, ni angustia, ni peligros ni espada que pueda separarnos del amor de Dios (Rm 8, 31-39) ni vaya a impedir nuestra acción y testimonio.

C.- Manifestamos

En consecuencia, ante el Anteproyecto de Ley de Seguridad ciudadana manifestamos:
- La paz de la tradición cristiana no es la de los siervos sometidos por la ley de la fuerza, sino la construida entre ciudadanos libres e iguales
- No consideramos necesaria una ley como esta. La gran mayoría de las protestas ciudadanas se han desarrollado de manera pacífica. Los episodios violentos - de origen incierto por otra parte – han sido escasos, aunque debidamente amplificados ante la opinión pública por algunos medios de comunicación y responsables políticos. Seguramente con la intención de justificar medidas como las de esta ley.
- Consideramos que esta ley supone una degradación de nuestros derechos democráticos, constitucionales, que se añade a la progresiva pérdida de derechos sociales y condiciones laborales que venimos sufriendo.
- Incluso si se diera una situación de violencia, la paz y seguridad ciudadanas no pueden florecer en un contexto previo de injusticia y violencia estructural, de pérdida progresiva de derechos sociales, de corrupción de responsables políticos, de represión policial, de manipulación de la opinión pública.
- La pretendida inseguridad ciudadana que se puede estar produciendo no tiene su origen en los procesos crecientes de indignación y participación ciudadana totalmente legítimos. Estos no son más que un síntoma de la inseguridad creciente que la mayoría de la población siente ante la pérdida progresiva de derechos sociales y condiciones laborales. Hay que actuar sobre estas causas y no tomar medidas que culpabilicen aún más a las víctimas de la situación.
- La paz y seguridad ciudadanas son fruto de unas relaciones económicas y sociales justas, del respeto a los derechos laborales, el reparto equitativo de las cargas fiscales, de unos medios de comunicación públicos que representen los distintos intereses y opiniones de todos los grupos sociales.
- Pretender solucionar los problemas de inseguridad ciudadana por la sola vía de la represión policial es síntoma de un gobierno débil con los poderosos y arrogante con los débiles.
- Las fuerzas de orden público no pueden reducirse a mantener un orden socio-económico injusto, no pueden estar únicamente al servicio de los poderosos que pretenden imponer sus intereses y sus leyes por la fuerza.
- En estas circunstancias de violencia estructural, hacemos un llamamiento a la ciudadanía a continuar participando activamente en aquellas iniciativas y convocatorias que buscan otro tipo de sociedad más justa basada en la dignidad de las personas, incluyendo actos de desobediencia civil.  La historia de los cambios sociales no hubiera sido posible sin este principio de dignidad ciudadana.
- En los próximos días de Navidad, celebramos las fiestas del “Príncipe de la Paz”. Los primeros cristianos le dieron este título, que antes se atribuía al emperador, porque pensaban que la verdadera paz no se construye sobre la injusticia y las fuerzas militares del imperio, sino sobre la práctica de la justicia: “Opus justitiae pax”. El nacimiento de Jesús --"rey de los judíos", un rey de paz y justicia-- produjo el sobresalto de Herodes y toda Jerusalén  (Mt 2, 1-3) y su posterior persecución, pero su voz, 2000 años después, aún no ha podido ser acallada. Hoy vuelve a alzarse ante esta Ley.
Madrid, 20 de diciembre de 2013

Organizaciones que forman parte de Evangelio, Justicia y Derechos Sociales, católicas/os de Madrid:
Acción Católica Obrera (ACO) de Madrid, Acción Cultural Cristiana (ACC), Apostólicas del Corazón de Jesús, Asociación Puente de Esperanza Madrid, Capellanía del Centro Penitenciario de Navalcarnero, Centro de Reflexión Alberto Hurtado, COMU de P. Santa María del Buen Aire, Comunidad Cristiana de Base Sto. Tomás de Aquino, Cristianos de la Parroquia de Santa Bibiana,  Cristianos por el Socialismo, Cristianos Socialistas de Madrid PSM-PSOE, EPPOs de Madrid, Foro de Curas de Madrid, Foro de parados en acción, Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad de Madrid (Frater), Fundación Ayuda Solidaria Hijas de Jesús, Hermanas Franciscanas del E.S. Comunidad de Vallecas, Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Madrid, Hermandades del Trabajo (HHT), Hermanitas de Jesús de Foucauld, Hermanitas de la Asunción, I.S. Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote, Comunidad de la P. San Pablo, Institución Javeriana, Justicia y Paz de Madrid, Juventud Obrera Cristiana (JOC), Parroquia de la Sagrada Familia (Fuenlabrada), Parroquia de la Preciosísima Sangre, Parroquia de San Ambrosio, Parroquia de San Basilio, Parroquia de San Cosme y San Damián, Parroquia de San Eulogio, Parroquia San Francisco Javier y San Luis Gonzaga, Parroquia de San Pablo, Parroquia de Santa Mª del Buen Aire, Parroquia de Santo Tomás de Villanueva, Pastoral San Carlos Borromeo, Profesores cristian@s de la educación pública, Pueblos Unidos, Red Interlavapiés, Revista Alandar, Revista 21, RR de la Compasión, RR de la Sagrada Familia de Burdeos.

dijous, 19 de desembre del 2013

Cal recuperar la denúncia profètica

 
RECUPERAR LA DENUNCIA PROFÉTICA DESDE LA MISERICORDIA
Reflexión en Adviento
GABRIEL Mª OTALORA, gabriel.otalora@euskalnet.net
BILBAO (VIZCAYA).

ECLESALIA, 19/12/13.- El problema fundamental de la Iglesia es que debe determinar, permanentemente, cuál es su lugar en el mundo, pero no en teoría sino en la práctica. Jon Sobrino escribió hace tiempo (1992) algo que él llamó Principio-Misericordia y que el papa actual está reivindicando ahora como algo esencial para vivir el evangelio: que el ejercicio de la misericordia pone a la Iglesia fuera de sí misma, en medio de donde ocurre el sufrimiento humano. La Iglesia como tal, debe releer la parábola del buen samaritano con la misma actitud reverencial con que la escucharon los oyentes de Jesús, cuando cuestionaba que los salteadores del mundo anti-misericordioso toleran que se curen heridas, pero no que se sane de verdad al herido ni que se luche para que éste no vuelva a caer en sus manos. Algo que va más allá de aplaudir las “obras de misericordia”, que están muy bien.
A nadie lo meten en la cárcel ni lo persiguen simplemente por realizar obras de misericordia, y tampoco lo habrían hecho con Jesús si su misericordia no hubiera sido, además, lo primero y lo último. Pero, cuando lo es, entonces subvierte los valores últimos de la sociedad, y ésta reacciona en su contra. Esta reflexión creo que debe primar en este tiempo de espera y de esperanza; porque urge recuperar la denuncia profética desde la misericordia frente a las injusticias de unas políticas económicas que además de ineficaces, solo benefician a una minoría con la que demasiadas veces, los cristianos somos complacientes.
Se puede decir que la Iglesia nació a partir de Pentecostés, cuando las primeras comunidades desarrollaron una sorprendente vitalidad. Pero nada les resultó fácil, como nos cuentan sobre todo las cartas de san Pablo, aunque fuesen guiados por ese Dios que respeta la libertad y la condición humana en toda su extensión. El rechazo histórico que sufrieron entre los suyos activó la labor misionera, acrecentada por sus primeros éxitos con los gentiles. Pero no tardaron en ser vistos como un peligro que chocaba con los intereses del imperio romano y los de muchos ciudadanos que se sentían incómodos con semejante apuesta de fe y de vida.
Al final, padecieron una represión brutal de casi dos siglos. Aun así, cuántas veces repetirían pasajes milenarios como este: “Eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo. No temas, que yo estoy contigo”… esperanzados con un nuevo Adviento para sus comunidades eclesiales. Las dificultades existieron desde el principio: grandes diversidades culturales y con visiones teológicas diferentes, que las superaron gracias a su entrega a los demás. Aquellos cristianos, en fin, no se arrugaron en su testimonio ante las dificultades. Siempre tendremos en aquellas comunidades un modelo de conducta para nuestra Iglesia, empezando por la jerarquía. En este momento especial del Adviento, de acogida a ese Niño Dios cercano y hecho uno de nosotros, es tiempo de acoger también su mensaje de amor a la luz de las vivencias de aquellos sus primeros seguidores.
Un tiempo de Adviento (lo comenzaron las iglesias cristianas en el siglo IV) que va unido siempre a la experiencia del día a día, a la luz de la experiencia pascual de Cristo resucitado. La sociedad de consumo nos quiere borrar del corazón que los regalos más importantes no se pueden comprar con dinero. Y el más grande de todos, fue el gran regalo de Dios dándonos a su propio Hijo. Cada nuevo Aviento navideño supone un reto a nuestras contradicciones de una fe contagiada del materialismo más pagano. La Navidad se ha convertido para demasiados cristianos de nuestras comunidades en una fiesta decadente, olvidados de que este tiempo nos invita a la necesaria renovación más allá de las fiestas familiares y sociales en torno al nacimiento de Jesús. Va más allá de una fiesta de cumpleaños. Lo que nos demanda este tiempo de preparación pascual es centrarnos en el meollo del problema, como recordaba el poeta religioso Ángelus Silesius: “Aunque Cristo nazca mil veces en Belén, mientras no nazca en tu corazón…

diumenge, 15 de desembre del 2013

Les tanques que s'allunyen de l'Evangeli

 

En tiempo de Adviento, Día Internacional de los Derechos Humanos, la Iglesia de la diócesis de Tánger, con la fuerza de la fe, la esperanza y el amor de sus hijos, pide que esos derechos, que han sido reconocidos como universales y que han de ser respetados con todos, «sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición», sean respetados de modo escrupuloso y discriminatoriamente positivo con quienes, por hallarse en situación de mayor vulnerabilidad, necesitan mayor protección.
Esta comunidad eclesial es testigo asombrado y apenado de que, en las fronteras del sur de Europa, son vulnerados no pocos de los artículos incluidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Nadie puede considerar respetuoso con la dignidad de las personas y con «su derecho a salir de cualquier país, incluido el propio», el que, en veinte años, las fronteras se hayan cobrado la vida de más de 20.000 jóvenes.
Las medidas adoptadas hasta ahora por los Gobiernos de los países europeos para el control de las fronteras del sur, han sido y son un fracaso político y humano, pues dejan a los emigrantes en una situación de abandono, y transforman en sarcasmo sus proclamados derechos «a la vida, a la libertad y a la seguridad».
Desde la fe, con esperanza, y por la caridad que nos une a quienes padecen las consecuencias inhumanas de esas medidas, como Iglesia:
Denunciamos el sistema Europeo de vigilancia de fronteras, Eurosur, cuyo objetivo principal es «prevenir la inmigración irregular, el crimen transfronterizo y las muertes en el mar», o, como han expresado otros: «mejorar la detección, prevención y lucha contra la inmigración irregular y la delincuencia organizada».
Lo denunciamos porque asocia inmigración y crimen, inmigración y delincuencia, lo que evidencia un inaceptable juicio negativo sobre los emigrantes y favorece el desarrollo de sentimientos xenófobos en la sociedad. Prevé la colaboración de las autoridades nacionales en un intercambio de información que puede lesionar los derechos de los emigrantes a la protección de sus datos personales. Privilegia objetivos de control y represión, que harán fácil y legítima la violación de los derechos de los emigrantes, incluido el derecho a la vida. Evidencia de esto son los 3.530 millones de euros que «los países miembros de la Unión Europea van a recibir, entre 2014 y 2020, para reforzar sus fronteras exteriores». Es escandaloso que las fronteras y su seguridad sean más importantes que las personas y sus derechos.
Denunciamos el doble lenguaje de quienes deciden las políticas de fronteras. Puestos ellos también, después de Lampedusa y sus muertos, ante la evidencia de centenares de víctimas de la miseria humana y de leyes que la agravan, se apresuraron a manifestar sentimientos de pesar y voluntad de evitar en el futuro tragedias semejantes, voluntad que se ha concretado en la creación del sistema Eurosur. Es decir, que a la necesidad y esperanzas de los emigrantes, se responde una vez más con medidas sobre todo represivas, que los empujarán a asumir en sus caminos cada vez mayores riesgos, incluido el riesgo siempre más alto de perder la vida.
Denunciamos la presencia de concertinas con cuchillas en las vallas de Ceuta y Melilla. Estos elementos de control de fronteras representan un atentado a la integridad física de los emigrantes: esas cuchillas cortan, lesionan, mutilan, y no son coherentes con el deber que todos tenemos de respetar los derechos de hombres, mujeres y niños de África en su camino hacia los países de Europa.
Denunciamos la obsesión por la seguridad de unos a costa de la salud de otros, puede que a costa de sus vidas. Se entiende que un Gobierno ha de garantizar con medios apropiados la seguridad de los ciudadanos en el territorio de la nación. Pero esos medios dejan de ser apropiados, su legitimidad se desvanece, cuando usarlos significa privar a otros del derecho fundamental a la salud, al bienestar, a la alimentación, al vestido, a la vivienda, a la asistencia médica, a los servicios sociales necesarios. Las condiciones de vida en los países de origen y las leyes de protección de fronteras en Europa empujan a hombres, mujeres y niños de África a un infierno interminable de soledad y clandestinidad por los caminos de la emigración. Denunciamos que se oculten sus sufrimientos; denunciamos que, bajo pretexto de seguridad, se destinen cantidades ingentes de dinero a multiplicar esos sufrimientos, a hacer más difícil la situación de esa humanidad extenuada, a hacer que esos empobrecidos sean más prójimos de la muerte que de nosotros; denunciamos que a los emigrantes, a quienes nosotros mismos hemos hecho irregulares, se les obligue a la marginalidad en los países de tránsito, se les persiga como delincuentes, y se les empuje a la muerte.
Denunciamos la supeditación de las personas a intereses económicos. A nadie se le oculta que el criterio principal, por no decir único, para regular la entrada de emigrantes en un país, es el del beneficio económico que le pueden reportar. Esa supeditación de lo humano a lo económico deja sin protección derechos fundamentales de las personas, como son: el derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad; el derecho a que nadie se vea sometido a esclavitud; el derecho a que nadie sea víctima de trata; el derecho a que nadie sea tratado de forma cruel, inhumana o degradante. Y denunciamos que, por intereses económicos, esos derechos universales sean derechos no vigentes en los caminos de los emigrantes.
Ni las medidas adoptadas hasta ahora por las autoridades europeas y españolas para el control de fronteras, ni otras más costosas que se puedan adoptar, impedirán que a esas fronteras sigan llegando pobres en busca de futuro: No hay cuchillas que frenen el ansia de vivir, no  hay cuchillas que puedan intimidar más que el hambre y la miseria, nada pueden perder quienes nada tienen. De ello son testimonio hombres, mujeres y niños que entre nosotros, a los ojos de este Iglesia que peregrina en Marruecos, esperan una oportunidad. Gastar dinero en destruir esperanzas es la peor de las inversiones.
Pero no se trata sólo de una mala inversión, es también una terrible irresponsabilidad, pues en las fronteras se multiplican sufrimientos y muertes. «¿Quien es el responsable de la sangre de estos hermanos y hermanas? Ninguno. Todos respondemos: yo no he sido, yo no tengo nada que ver, serán otros, pero yo no. Hoy nadie se siente responsable de éstos, hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna, hemos caído en el comportamiento hipócrita» (Palabras del Papa Francisco en Lampedusa).
Por sentido de responsabilidad, por amor a la justicia, por respeto a nuestros hermanos emigrantes, pedimos a quienes tienen autoridad para hacerlo, que, en el ejercicio de esa autoridad, dispongan la retirada inmediata de las concertinas instaladas en las vallas de Ceuta y Melilla, por tratarse de instrumentos que violan derechos fundamentales de las personas y en nada favorecen el deseado desarrollo moral, cultural y económico de la sociedad española y de la Unión Europea. Las cuchillas sólo causan dolor y muerte. 

Fr. Santiago Agrelo. Arzobispo de Tánger

dijous, 12 de desembre del 2013

Els testos s'assemblen a les olles

 

 Clases sociales hereditarias

La mitad de los hijos de familias sin cualificación repiten los escasos estudios de sus padres

La falta de movilidad social es un problema crónico en España



Los hijos de los obreros y agricultores tienen pocas posibilidades de mejorar la posición social que tuvieron sus padres y, probablemente, sus abuelos. El 50% de ellos repetirán esas profesiones y solo un 25% llegará a tener estudios superiores y elevar sus posibilidades vitales. Es una cadena que se repite en España desde los años sesenta: las familias que no tienen estudios no consiguen en general que sus hijos los tengan y prosperen. Y el sistema educativo tampoco parece que consiga compensar esa carencia. Los datos presentados ayer por la oficina estadística europea (Eurostat) revelan que España ocupa el quinto lugar por la cola entre 28 países porque no alcanzan grandes progresos educativos en este campo. Sin embargo, los hijos que se crían en familias con estudios medios consiguen conjurar ese determinismo social y España es la tercera, a la cabeza, con un 52% de licenciados.
El sociólogo Ildefonso Marqués se refiere al efecto suelo: “Cuando los padres vienen de lo más bajo cualquier mejora calma sus aspiraciones. Por ejemplo, si es analfabeto se contenta con que su hijo sepa leer y escribir”. Y este profesor de la Universidad de Sevilla habla también, en cambio, del efecto techo: “Si un padre se doctoró en Medicina vive como un fracaso que su hijo se conforme con una carrera universitaria”. Pues en opinión de Marqués “los deseos crecen a medida que estás más cerca y el coste de oportunidad no es el mismo para todos”. Las clases bajas apremian muchas veces para que los estudiantes ayuden con un sueldo en casa —de ahí la importancia de las becas compensatorias en la Universidad— y no pueden permitirse que repitan varias veces. “Las clases medias, en cambio, han hecho un gran esfuerzo por escalar socialmente y son conscientes de la importancia de los estudios y recursos culturales. No son licenciados, pero saben que es importante que sus hijos aprendan idiomas o vayan al conservatorio”.
Si un padre se doctoró en Medicina vive como un fracaso que su hijo se conforme con una carrera universitaria
Mucha gente en los sesenta hacía la reválida a los 10 años y luego se quedaba en la escuela dos años más en una especie de limbo. En los ochenta, eran legión los que abandonaban las aulas en EGB — entonces muy masificadas y faltas de profesores de apoyo— y hoy, con una escolarización obligatoria hasta los 16, uno de cada cuatro —la mayoría de familias humildes— deja el sistema sin el título de secundaria.
Pero Rafel Feito, profesor de Sociología en la Complutense, considera que incluir en la muestra tomada por Eurostat a personas de 25 años hasta los 59 y hacer la media puede distorsionar los resultados. Si solo se tomaran datos de los más jóvenes, la estadística serían mejor. “Hasta mediados de los ochenta no hubo escolarización hasta los 16 años”, recuerda. El número de titulados universitarios entre 25 y 35 años ha pasado de 812.000 en 1991 a casi millón y medio de personas que están estudiando en la actualidad, un 7,4% más que hace cinco años. Aunque el nuevo presidente de los rectores, Manuel José López, alertaba en este diario sobre el riesgo de que los jóvenes más humildes renuncien a los estudios superiores por el aumento de tasas y el endurecimiento del acceso a las becas.
“Es un problema crónico del sistema educativo español. Se reproduce el efecto Mateo. Dar más ventajas a los más aventajados y menos a los desfavorecidos”, opina, pesimista, el sociólogo Xavier Martínez Celorrio, que realiza estudios de movilidad social para a Fundación Jaume Bofill. “Los datos concuerdan con las cifras del informe Condiciones de vida 2011 del INE, aunque me resultan algo severos. No creo que pase de un 40% el porcentaje de los que se quedan en la escala social de sus padres”, prosigue. Martínez Celorrio, de la Universidad de Barcelona, opina que el sistema educativo falla. “Hemos calculado que en Cataluña solo el 27% de los niños de menos de 16 años de familias humildes reciben ayudas de libros de texto o comedor. Y es errónea la política de becas. No se trata solo de dar dinero y, además, meses más tarde. Hay que hacer un seguimiento de las familias. Falta aspiración de llegar a la Universidad en los hogares pobres”.
Falta aspiración de llegar a la Universidad en los hogares pobres
En contra de lo que ocurre en España, llama la atención la poca movilidad dentro de familias con estudios medios en Alemania y otros países de centro de Europa. “Eso creo que se debe a que tienen una FP muy fuerte. A partir de los 10 años separan a los niños pero mientras cursan esos estudios reciben un salario y hacen prácticas en un tejido industrial que aquí no existe”, razona Feito, que aboga por seguir apostando por la FP de grado superior (se accede después del bachillerato) o la universitaria, la única que, en su opinión, garantiza dominar las destrezas (aprender a aprender, trabajar en equipo, comunicarse). Una mejor preparación no es sinónimo de ascenso social. En España muchos titulados tienen un trabajo para el que están sobrecualificados o reciben un sueldo muy por debajo del empleo que desempeñan. “Muchos graduados de familias humildes no pueden hacer valer su título porque media el origen social”, asegura Marqués. “No solo porque influya la red de contactos de tus padres para encontrar trabajo. También porque muchas empresas buscan un perfil sociocultural determinado y hay diferencias en habilidades no cognitivas. En las entrevistas se entiende que la motivación, el sentido de jerarquía o incluso la limpieza están asociados a clases medias y altas”.
La pertenencia a una clase social influye también en el mileurismo, pero sobre todo el género, según un estudio de José Saturnino Martínez, sociólogo de La Laguna. Sus datos reflejan que lo son, de media, el 26,1% de los varones, pero un 42,3% en la clase más deprimida. Mientras que son mileuristas el 44,1% de las mujeres, pero si tienen un origen pobre el porcentaje asciende a un 53,6%.
“Hace tiempo que se demostró que en Estados Unidos no hay mayor ascenso social. Si quieres vivir el sueño americano vete a Dinamarca”, ironiza Feito. En el país nórdico, las guarderías son gratuitas para frenar la desigualdad antes de la primaria y los alumnos pobres acuden a clase en barrios privilegiados para que se impregnen de sus ventajas.

dimarts, 3 de desembre del 2013

El final del camí

 

Los que llegan a Melilla son “los supervivientes”, la mayoría muere por el camino

 

Director del CETI de Melilla: “El camino hasta la valla es un crudo proceso de selección natural”

 

La “valla” de Melilla es un sistema de valla triple reforzado con cuchillas y alambradas

Irene López, 30 de noviembre de 2013 a las 15:45
(Irene López Alonso, enviada especial a Melilla)- El problema no son sólo las cuchillas. La valla de Melilla es un complejo sistema de seguridad que pensaríamos infranqueable si no supiéramos que muchos lo han logrado traspasar: Una reja de seis metros de altura coronada por dos metros más de valla abatible (incorporada a principios del verano pasado por el Gobierno), de manera que, si un inmigrante logra trepar los primeros seis metros, al llegar a la parte más alta de la valla su propio mecanismo le empuja hacia abajo. Un macabro reflejo de la condena de Sísifo, obligado a cargar de nuevo con la piedra una vez coronaba la cumbre.
Además, las polémicas concertinas (alambradas en espiral con pequeñas cuchillas afiladas) están repartidas a distintas alturas por toda la longitud de la valla. A la mitad o incluso a ras de suelo, estas cuchillas, que se pueden distinguir porque relucen con el sol, son sin embargo camufladas por la maraña de alambradas que hay entre valla y valla.
Y es que, aunque se hable de valla (en singular), la frontera que divide Marruecos y Melilla es en realidad un sistema de valla triple, atravesado por hierros con los que se pretende herir a los inmigrantes que logran saltar la primera verja.
"Cuando uno cae entre valla y valla, rápidamente llegan los militares marroquíes y lo apresan", explica Francisco Salvador, de la Asociación melillense Amigos por la Solidaridad.
Todo el perímetro de seguridad está vigilado por cámaras, y todavía hay tramos donde se puede ver a los operario colocando las cuchillas por orden del Ministerio del Interior de España, pero del lado marroquí de la frontera.

Los supervivientes
Tras ver de cerca la valla y después de que un militar marroquí nos dijera desde detrás de la alambrada que no se puede fotografiar en la "zona de seguridad", nos desplazamos unos metros hasta el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, donde se encuentran "los supervivientes". Los que han conseguido atravesar la valla y entrar a España. En su puerta, los inmigrantes magrebíes y subsaharianos pueden ver, detrás de los alambres, el monte donde estuvieron malviviendo hasta poder cruzar la valla.
"Estamos sobrepasados", nos cuenta Carlos Montero, el director del centro, "pero prefiero que entren apretados a que estén durmiendo en la calle".
Carlos Montero es un militar retirado, pero no lo parece. Lo encontramos en su despacho rodeado de una multitud de niños del CETI, que juegan con su ordenador y revuelven sus cosas descontroladamente, pidiéndole caramelos o echándole los brazos para que les coja.
Había concertado una cita con el Padre Ángel para enseñarle el centro, y mientras caminamos por las instalaciones de esa micro ciudad, sus habitantes le saludan con cariño.
Vemos mujeres lavando y tendiendo ropa, niños correteando por las calles de ese pequeño pueblo, argelinos viendo la televisión en el comedor común o charlando entre ellos como cualquier grupo de vecinos.
Montero nos enseña los almacenes donde guardan todos los productos con los que surten a los residentes del CETI (jabón y demás productos de higiene, mantas, utensilios, ropita de bebé), y nos cuenta que los 163 niños del centro están escolarizados.
A pesar de que el CETI alberga en estos momentos al doble de su aforo, sus habitantes pueden salir y entrar libremente, reciben tres comidas al día y viven dignamente en pequeñas habitaciones compartidas. El que menos, tiene una litera en uno de los últimos módulos que han tenido que ampliar urgentemente, para evitar que faltaran camas de cara al invierno.

La crueldad de Darwin
Un grupo de subsaharianos estaba pintando la silueta de África en una de las paredes del CETI cuando Carlos Montero nos llevó a ver la enfermería. Allí, una doctora cubana nos contó que las principales enfermedades de los residentes del CETI son la tuberculosis y el Sida. "Pero aún así tienen una salud de hierro", nos explicó la médico. Y el director del centro aclaró: "Hasta aquí sólo llegan los más fuertes. El camino hasta la valla es un crudo proceso de selección natural".
Y es que la valla, en realidad, es tan sólo la última etapa de la terrible odisea de los inmigrantes, que abandonan su país teniendo que atravesar otros muchos. Si son subsaharianos tienen que cruzar también el desierto, sobrevivir a las tormentas, burlar muchas otras fronteras, y finalmente soportar los palos de la policía de Marruecos cuando llegan al monte Gurugú.
Y ni siquiera eso es garantía de nada: En el último salto masivo a la valla, cuando todavía no habían sido colocadas las cuchillas, un hombre murió al caer desde los ocho metros de altura.
La dolorosa realidad es que los que llegan hasta Melilla son "los fuertes", los supervivientes. La mayoría se queda atrás, sepultada por la ignominia.