"Dios es la vida. Dios es evolución. Dios es novedad. Dios va caminando con la historia del pueblo. Y el pueblo creyente en Dios no debe aferrarse a tradiciones, a costumbres; sobre todo cuando esas costumbres, esas tradiciones empañan el verdadero Evangelio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Tiene que estar siempre atento a la voz del Espíritu: ¡Convertirse, ir en pos de ese Evangelio, de ese llamamiento del Señor! Todo aquél que se sienta seguro y que crea que no tiene necesidad de cambiar, es fariseo, es hipócrita, es sepulcro blanqueado, que está muy seguro; pero a saber su conciencia qué reclamos le está haciendo." (1978)