Querid@s amig@s:
Los miembros de FORO GASPAR GARCIA LAVIANA, formado por un grupo de Seglares y Sacerdotes asturianos, en nuestra última reunión, preocupados como la gran mayoría de la sociedad española por la ola de corrupción que afecta a nuestro país, hemos elaborado el documento de reflexión que figura a continuación, que queremos tenga la máxima difusión. Por eso os pedimos que lo reenviéis a todos vuestros contactos, pues es necesario que todos nos impliquemos en la lucha contra esta lacra que está deteriorando gravemente nuestra vida personal y social.
ANTE LA CORRUPCIÓN Y FRAUDE
Con el fin de incorporar a la opinión pública nuestro modo de ver hoy
algunos de nuestros más importantes problemas sociales, queremos, una
vez más, proclamar nuestra total repulsa del saqueo, tan deplorable y
escandaloso, del erario público. Nos indigna sobre manera ver que son
precisamente los responsables de administrar nuestros bienes y de velar
por ellos los principales implicados en la corrupción y el fraude que
día tras día están siendo descubiertos. Pedimos para ellos, como lo
están haciendo la mayoría de los ciudadanos, penas de cárcel más severas
y la devolución de los bienes de los que delictivamente se apropiaron.
Nos asombra que, después de descubrir actuaciones delictivas, quienes
presuntamente eran responsables, seguían siendo votados.
Estos delitos claman al cielo, pues, por un lado, están los que se
apropian del dinero público, que, situados en la esfera del poder, gozan
ya de las mejores condiciones de vida; a veces roban para alcanzar
niveles de lujo. Y, por otro lado, están los perjudicados, que somos
todos los españoles, pero especialmente aquellos más necesitados a los
que el Estado, por falta de recursos, les recortó, inmisericordemente,
las ayudas. Recordemos que este año la partida de los servicios sociales
y acción social se vio rebajada en un 36,4%.
Pedimos
que se protejan al máximo los bienes de propiedad pública. Pedimos que
la recaudación de impuestos sea equitativa y eficiente, de tal modo que
se haga imposible poder defraudar tanto y tan fácilmente. Parece que se
necesitan no sólo más medios, a todas luces insuficientes, sino también
nuevas leyes, pues las existentes son ineficaces. Quizás necesitemos
también parlamentarios nacionales y políticos distintos en las
diferentes administraciones públicas (Autonomías, Diputaciones y
Ayuntamientos), que no se corrompan ni se dejen corromper; otros que se
preocupen de verdad de legislar y administrar honestamente para defender
los intereses de la sociedad.
Nos
preguntamos cómo se ha llegado a esta situación de deterioro ético, con
tramas de corrupción que parecen mafiosas. Pensamos que faltan cauces
efectivos de control ciudadano de las instituciones públicas, que debe
haber una total transparencia en todos los niveles institucionales
públicos. También es responsable el individualismo tan generalizado que
inhibe a una gran mayoría de la actividad pública. Es imprescindible
participar más, trabajar todos juntos sin desánimo por el bien común,
pues de otro modo el enorme poder del capitalismo económico-financiero
nos tendrá siempre en sus manos.
Creemos también que es importante rearmarnos ideológicamente, saber el
porqué y el para qué de nuestro esfuerzo en hacer un mundo mejor. Nos
parece que la mayoría de los dirigentes sociales carecen de ideales. Es
por eso por lo que muchos se dejan seducir por el pensamiento único
dominante del materialismo neoliberal, cuyo eje central es el tener más a
costa de lo que sea. Un humanismo progresista ha de tener como centro
la persona humana engarzada en el conjunto social y el bien común ha de
ser el único criterio de la actividad pública. Nuestra condición humana
nos iguala a todos y nos integra en una colectividad fraternal. Sólo si
valoramos más el ser que el tener podremos superar todas las trampas que
nos pongan en el camino para apartarnos de nuestros ideales éticos.
Los hechos de corrupción y fraude, tanto por la cantidad de dinero,
como por las personas e instituciones implicadas, están llevando a
muchos a una postura de total pesimismo social, a un querer abstenerse
en las próximas elecciones y a una condena generalizada e
indiscriminada de las clases dirigentes. El humanismo que nos anima y la
fe que profesamos nos ayudan a mantener vivo nuestro compromiso social y
alientan y sostienen nuestro ánimo para seguir creyendo que la
situación tiene salida. Para muchos los movimientos sociales que crean
nuevos cauces de participación son una esperanza para hacer una sociedad
más equitativa y solidaria. Seguimos pensando que no todos los
políticos son iguales. Estamos obligados a un ejercicio de
discernimiento para reconocer a los que podemos poner en sus manos la
responsabilidad política.
FORO DE CRISTIANOS “GASPAR GARCÍA LAVIANA”
GIJÓN, 1 DE Diciembre de 2014