MENSAJE DEL DÍA INTERNACIONAL
DE LA MUJER
08 DE MARZO
La jornada por el
reconocimiento de los derechos de la mujer es larga y secular, en la lucha por
la construcción de una sociedad menos excluyente.
En el encanto de la
vida, la mujer es la luz que nunca debe oscurecer: su ausencia es una oscuridad
en la que ninguna fuente de energía puede hacer ver, incluso en la luz del día.
Esta mujer de encantos
es la mujer madre; la mujer amante y amada, y, sin lugar para dudas, la más
grande creación de la naturaleza.
Sin embargo, las
mujeres todavía buscan espacio en el mundo, una actividad política que se
ejerza con gran eficiencia, y a que ella es, ante todo, un ser humano, con los
brazos, las piernas, la cabeza y la capacidad de pensar como cualquier otra
persona en el planeta Tierra.
Por tales condiciones
y valores, no se desanima, no se rinde:
- Cuando se sufre
todas las formas de exclusión y opresión;
- Cuando su hijo llora
de hambre, de frío, o por la ausencia de la abrazo y afecto maternal;
- Al salir de su casa
con el fin de ganar el pan de cada día a través de su sudor y sangre.
- Al salir para
organizarse con otras mujeres en la lucha contra la prostitución y el abandono
social, para poner fin a la violencia contra las mujeres - casi siempre causada
por el sexo opuesto, a menudo esposos y parejas - y así contribuir a la
construcción de un mundo más justo, solidario y fraterno, donde las niñas
(infantes) y las jóvenes (adolescentes) puedan vivir su infancia y la
adolescencia de forma segura, acogidos y amados.
Recordamos aquí la
situación sigue siendo preocupante
de las mujeres que sobreviven en los
países más pobres del planeta. En el siglo XXI, las mujeres africanas
tienen 175% más de probabilidades de morir en el parto que las mujeres de los
países desarrollados, según el informe de la ONU. En el año 2000, de las
529.000 muertes de madres en el parto, registrados, 95% eran mujeres africanas.
Muchas de las muertes se producen por el retraso en reconocer que hay un
problema, la dificultad de la madre para llegar a un hospital, o para recibir
un servicio de calidad.
Como Movimiento
Mundial de Trabajadores Cristianos, creemos en el Dios Padre-Madre que creó a
la mujer y al hombre a su imagen y los creó para ser compañeros en la creación.
Seguimos firmemente
nuestra misión como Iglesia, al lado de las mujeres trabajadoras que se
entregan cada segundo en el nombre de la justicia.
MOVIMIENTO MUNDIAL DE TRABAJADORES CRISTIANOS