"Muchos sí quisieran, como dice aquella canción, un Dios de bolsillo, un Dios que se acomode a sus ídolos, un Dios que se contente como yo pago a mis jornaleros, un Dios que aprueba mis atropellos. ¿Cómo podrán rezar ciertas gentes a ese Dios el Padre Nuestro si más bien lo tratan como uno de sus mozos y trabajadores." (1978)