Reportaje de Canal sur emitido en 1995 tras la muerte del párroco del
Martín de la Jara, Diamantino García Acosta. El cura de los pobres, fue
un cura obrero y sindicalista español, miembro fundador del Sindicato de
Obreros del Campo.
CONVERTIRSE ES VIVIR UNA VIDA DE CALIDAD. Diamantino García.
CUARESMA DE LA ALEGRIA
La Pascua es
el triunfo de la vida sobre la muerte. La Cuaresma no es solo preparación sino
que es anticipo de la celebración de la vida. El primer anuncio de la Cuaresma
es de ALEGRÍA. Cuaresma no tiene que ser sinónimo de mortificaciones y complejo
de culpa.
Vivir en la negatividad es hasta blasfemia.
En lugar de
mortificaciones, VIVIFICACIONES.
En lugar de privarme
de comer algo, INVITAR a alguien a comer.
En lugar de
ahorrar para no gastar, poner a disposición de otro que lo necesite para así COMPARTIR.
En lugar de
penitencias, CONVERSION.
En vez de
imponerme la penitencia de no criticar a nadie, proponerme el descubrir las cosas positivas
de los demás.
En vez de
proponerme el sacrificio de aguantar en silencio cuando hacen crítica de alguna
actitud mía, hacer el propósito de escuchar las razones del otr@ poniéndome
en su caso.
En vez de
imponerme el sacrificio de no perder el tiempo viendo un programa de televisión,
sacar tiempo para compartir en la casa de algún vecin@ un rato agradable.
En lugar de
complejo de culpa, sentimiento de poseer la gracia de DIOS, que es la
CREATIVIDAD.. Cambiar la actitud negativa de que tengo tantos defectos, tantas
limitaciones y de que valgo tan poco..., por la actitud positiva de que soy
una persona de suerte porque DIOS se ha empeñado en mí, porque conozco la
esperanza evangélica, porque cuento con amigos-as realmente excelentes, porque
cuento con un grupo, familia, que difícilmente se encuentra, etc… En cierto modo
soy una privilegiad@ y por ello tengo que dar gracias a DIOS, a los
otros. Estar content@, optimista. Sintiendo mucho más la gracia que la culpa.
En esta
Cuaresma tenemos que hacer la traducción en positivo de la mortificación, del ayuno,
del sufrimiento. Porque, el DIOS de la Vida que sacó a su Hijo de la muerte, nos llama a todos a VIVIR.
Cada victoria sobre nuestro egoísmo es ya una parte de Pascua.
En lugar de
obsesionarme por la manía de mortificar mi hablar, mi pensar, mi actuar,...
procurar trabajar por ser más libre, más espontánea. La libertad es más
positiva que la mortificación.
En lugar de
.proponer ayunos, limosnas..., incitar a la solidaridad. Ya lo dice el
Señor: …”el ayuno que yo quiero, que a mí me gusta, es visitar al huérfano y a
la viuda y abrir tu carne al necesitado”. La solidaridad es la forma
concreta hoy día de practicar la caridad. No busquemos sufrimientos artificiales
para ser virtuosos, sino que compartamos solidariamente el sufrir de !os demás,
para así ir superando todo sufrimiento.
CUARESMA DE VIDA
Si la Pascua
es el triunfa de la Vida sobre la muerte, la Cuaresma es un anticipo de ese
triunfo.Y la mejor manera de mostrar ese anticipo del triunfo de la Vida plena,
es ya, ir llevando aquí una vida de calidad. La Conversión no es otra cosa que esforzarme
por vivir una vida de calidad en un mundo de vidas tan superficiales,
rutinarias, consumistas. Vivir una vida de calidad en esta saciedad, no es cosa
fácil: es conflictivo. Incluso tenemos que pagar el precio de ser bichos raros,
marginados. Nosotr@s, como creyentes, podemos
asumir la cruz de la conflictividad, de la marginación, siguiendo sin
temor el camino que ya recorrió Jesús. En el sentido de vivir la cruz de la
cuaresma, pero no una cruz que mata sino que vivifica.
En este
sentido hemos de tener las cosas muy claras: No dejaremos de ser fieles por
temor a “quemarnos”. En la conflictividad que asumimos, hemos de ser sencill@s
pero no ingenu@s; prudentes pero no escurridiz@s. Hemos de discernir, como
Jesús, los signos de los tiempos y del lugar, para actuar consecuentemente. Y
en los momentos precisos, no guardaremos la vida, sino que podemos dar la cara.
CONVERTIRNOS AL AMOR Y A LA SOLIDARIDAD, ESA TIENE QUE SER NUESTRA CUARESMA.
La vida y la
felicidad y la realización de toda persona honesta están en el amar, en el
compartir, en el vivir con y para los demás. Con esto, no solo imitamos a
Dios que se solidarizó con nosotros y se hizo pobre, marginado, perseguido,
ejecutado; sino que hacemos presente a Dios en nuestra vida porque ÉL ES AMOR.
Vivir en
solidaridad es calidad de vida, porque el otro es para ti, no un rival sino
complemento, estímulo, fuente en tu propia personalidad.
El que no ama
está muerto. Y es el egoísmo el que va matando en ti el amor, que es la auténtica
vida. Es lo que llamamos crucificar el egoísmo y el individualismo, en sentido
positivo, cultivando la solidaridad.
EN LA CUARESMA
PODEMOS RENACER COMO MUJERES Y HOMBRES
NUEV@S.
Nuestra fe,
nuestra religiosidad, ha de estar avalada por el testimonio de una vida
austera y desprendida. Buscando siempre la coherencia y la transparencia entre
lo que pensamos y lo que vivimos. Es muy conveniente en este sentido que
nos ayudemos de los demás, que busquemos la
corrección
fraterna para huir de las desviaciones individuales, personalistas,
obsesivas... Hemos de conjugar generosamente la ACCIÓN Y LA CONTEMPLACIÓN; la oración y la lucha por la justicia;
la militancia y la acogida; el coraje y la ternura.
Orar es abrirse al SER; dejarse invadir por la
presencia del SER. De este modo orar es:
CONTEMPLAR El
Ser bueno, bello, verdadero.
AGRADECER: Todo lo creado. AMAR:
porque ahí radica la FELICIDAD. Orar es dejarse interpelar por la PALABRA
DE DIOS, que se ha hecho vida en cristo Jesús,
Orar es entrar en la profundidad de todo, porque ahí, en lo profundo encontramos a Dios. Lo mismo da que cantemos los salmos, que contemplemos el árbol, que meditemos un libro o que estemos cocinando…Dios está ahí, cuando sabemos llegar al fondo de las cosas. La Cuaresma es un tiempo muy propicio para ser profundos en la vida. Podemos evitar la dispersión, la superficialidad, las prisas, el activismo de tan escasos resultados…Porque con frecuencia, siempre nos falta tiempo. Sólo tenemos prisa. El orar nos parece con frecuencia una complicación más y una solemne pérdida de tiempo. Es cuestión de PACIFICARSE. Podemos DISFRUTAR DEL TIEMPO, de los trabajos, de las cosas. Es cuestión de relativizar y buscar prioridades ACEPTANDO LIMITACIONES. Es cuestión de organizarse. La Cuaresma, así tomada, nos puede ayudar a comprender que solo una cosa es necesaria: DIOS.
Diamantino García
Acosta. Cura obrero. Párroco de los Corrales (Sevilla) Fundador del SOC
(Sindicato de Obrer@s del Campo) y la APDH (Asociación Pro Derechos Humanos de
Andalucía). .
Cuaresma de 1990.
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