dilluns, 30 de desembre del 2013
dissabte, 28 de desembre del 2013
No estalviar en solidaritat
Conversaciones en el Foro GOGOA: Carlos Sánchez Mato, economista
“Los ahorros de la sociedad no deben estar en manos privadas: es precisa una banca pública”
Javier Pagola
Lunes 2 de diciembre de 2013
Publicado en alandar nº303
Publicado en alandar nº303
Carlos Sánchez Mato se autodefine como economista heterodoxo. Forma parte de ATTAC (Asociación para la Tributación de las Transacciones Financieras) y de las Plataformas por la Banca Pública y por la Auditoria Ciudadana de la Deuda.
¿Por qué defiende usted una banca pública?
Bastantes economistas heterodoxos, al pensar en el sistema
financiero, opinamos que los ahorros de la sociedad no deben estar en
manos privadas ni ser gestionados por ellas. Porque la banca privada
sólo busca la mayor rentabilidad a corto plazo y eso provoca el desastre
social. La sociedad no se da cuenta de ello hasta que se producen
estallidos como el que estamos viviendo.
¿Qué pasaba en nuestro país cuando la quiebra de Leman Brothers?
En España el anterior presidente del Gobierno, al regreso de un viaje
a los Estados Unidos, dijo, textualmente, que “España tenía el sistema
financiero más solvente y más potente del mundo” y presumió de un
riguroso sistema de vigilancia de las prácticas financieras. Sin
embargo, en nuestro país, a partir de la entrada en el euro, hubo un
crecimiento desaforado del crédito. Una sucesión de burbujas -y no sólo
la inmobiliaria- que han producido un desmedido encarecimiento de los
activos: viviendas, acciones, valores de empresas cotizados o no en
bolsa. Como había crédito fácil, se pagaron altísimos precios por esos
bienes.
¿Qué han supuesto los rescates bancarios?
El ex presidente del gobierno no debía creerse mucho lo que dijo.
Casi al mismo tiempo en que regresaba de su viaje, se aprobaron, en
nuestro país y en la Unión Europea, una serie de medidas que supusieron
el inicio del rescate más considerable que se ha producido nunca en la
economía mundial. En el caso español ha supuesto un uso descomunal de
dinero público para salvar de la quiebra a las entidades bancarias, que
no han perdido nada de sus posesiones ni de su poder. Ha supuesto un
descomunal trasvase de la deuda privada hacia el Estado. Y las más
beneficiadas han resultado ser las élites que siguen dominando los
consejos de administración de bancos y cajas de ahorro y han logrado que
todo siga igual.
¿Cómo se ha presentado ese rescate?
Ocultando sus razones -su verdadero carácter- y maquillando sus
prácticas. Usando los medios de comunicación y repitiéndolo como un
mantra, nos han hecho interiorizar que el problema era sólo de la cajas
de ahorro y no de la banca privada y nos han hecho ver que estábamos
ante problemas de liquidez y no de solvencia de las entidades
financieras. También nos dijeron que ese dinero público se iba a
recuperar. Y que, como todos hemos contribuido al desastre, tenemos que
pagarlo entre todos también. Son cuatro grandes falsedades.
¿Cuál es su versión?
Puedo asegurar que las ayudas prestadas al sistema bancario español
han sido proporcionadas en un 50% a las cajas y la otra mitad a los
bancos. El sistema bancario español, como el europeo y mundial, sigue
estando en quiebra, es insolvente, no dispone de bienes suficientes para
hacer frente a las deudas que tiene. Su realidad patrimonial y sus
balances están trucados, según viene denunciando ATTAC continuadamente;
además, tienen como rehén los depósitos de la gente y los accionistas
exponen poco dinero. El dinero de todos puesto en el sistema bancario
debe convertirse en acciones de propiedad pública.
¿Están seguros los depósitos de los ahorradores y ahorradoras?
Las entidades financieras privadas saben que los estados, es decir,
el conjunto de la población, siempre han estado dispuestos a salvar sus
comportamientos nocivos. Tras conocerse la quiebra de Lehman Brothers,
la primera medida que se tomó, para toda la Unión Europea, fue elevar
la garantía de los depósitos, desde veinte mil a cien mil euros por
titular. Ese es el seguro que permite a la gente dormir tranquila cuando
deja su dinero en un banco. ¿Quién lo protege? El Fondo de Garantía de
Depósitos, que en España no sólo no tiene dinero, sino que está en
situación de quiebra técnica porque, en este momento, según las cuentas
oficiales, tiene un patrimonio negativo de menos tres mil millones de
euros. Con esa cuantía negativa está asegurando todos los depósitos de
hasta cien mil euros que hay en el Estado español y que en la actualidad
suman 795 mil millones de euros. Pero la gente no retira sus fondos.
Confía en que el Estado protegerá sus ahorros y por eso ese aval es
ayuda pública.
Si el consejo de ministros de la Unión Europea decreta que España ha llegado al fin de la situación de rescate, ¿eso es así?
No. En absoluto. Las instituciones financieras (a pesar de toda la
ayuda que han recibido: 1’42 billones de euros, de los que sólo 41.300
millones provienen del rescate europeo del Mecanismo Europeo de
Estabilidad) tienen ahora una deuda de 1’23 billones de euros. No sólo
no han reducido, sino que han incrementado su deuda durante la crisis,
mientras las familias y las administraciones públicas la han reducido.
No se han adoptado las medidas que, de verdad, solucionan el problema.
¿De qué modo se han proporcionado esas ayudas?
De manera muy sibilina. No es agradable para ningún gobierno contar
que se producen recortes sociales mientras se aporta tan gran cantidad
de dinero público a entidades privadas, pues tanto los bancos como las
cajas lo son. Y, así, se han usado diversos instrumentos y fórmulas, que
constituyen –todos- ayudas públicas. Pero las ayudas han sido de
diferente tipo. Unas en forma de inyecciones de capital a fondo perdido
(como sucedió, por ejemplo, en Bankia) y esas son las únicas que el
gobierno -y sus terminales mediáticas- consideran ayudas; y dicen que,
como son para solucionar un quebranto económico, no se van a recuperar.
Pero también ha habido esquemas de protección de activos, que vienen a
ser seguros contra pérdidas (así ha comprado La Caixa a Banco de
Valencia, con una ayuda de 10.000 millones de euros -el equivalente a la
tercera parte de lo que cuesta pagar las ayudas de desempleo- y, sin
embargo, La Caixa presume de que eso no son ayudas públicas).
Igualmente, el Banco Central Europeo viene prestando dinero público,
para que tengan liquidez, a entidades bancarias españolas que, en
diciembre del año pasado le debían 357 millones de euros; ¿por qué no
ofrece ese banco de titularidad pública prestamos, a su actual tipo de
interés del 0’25%, a ciudadanos y empresas europeas que los necesitan?
Hemos avalado las ingentes emisiones de deuda de las entidades y creado
un banco “malo” para “reciclar” sus activos tóxicos. Todo eso forma
parte del rescate.
¿Qué es lo esencial en su idea de banca pública?
Tiene que ver con un nuevo modelo de planificación, debe ser una
herramienta al servicio de otro modelo de desarrollo diferente, porque
el sistema capitalista no es capaz de producir un crecimiento sano. Y
también es precisa una gestión participativa de parte de los
ahorradores.
¿Cómo se puede reclamar y conseguir una banca pública en manos y al servicio de la ciudadanía?
Sólo puede llevarse adelante con mayorías sociales potentes que han
de construirse con educación popular, creando conciencia crítica. Hacen
falta minorías que sean capaces de contagiar a pequeños grupos la idea
de que existen alternativas posibles con otros parámetros e ir logrando
agregados sociales que las hagan realidad. Esa puede ser una tarea
larga, pero ahora existen condiciones objetivas para lograrlo. Hace
falta un cambio de mentalidad: el planteamiento sería que la mayoría de
la gente entienda que o se crea esa banca pública o sus ahorros
peligran, que el dinero es un medio y no un fin y que el mundo
financiero existente es pura especulación a favor de unas élites y no
ayuda a crear riqueza y servicios para las personas y la comunidad.
divendres, 27 de desembre del 2013
dijous, 26 de desembre del 2013
Missatge en temps de Nadal
UN MENSAJE POR GEORGE CARLIN:
La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista mas estrechos.
Gastamos mas pero tenemos menos, compramos mas pero disfrutamos menos.
Tenemos casas mas grandes y familias mas chicas, mayores comodidades y menos tiempo.
Tenemos mas grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, mas expertos pero mas problemas, mejor medicina pero menor bienestar.
Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reímos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiado televisión y oramos muy rara vez.
Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores.
Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.
Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir.
Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años.
Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior.
Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.
Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma.
Conquistamos el atomo, pero no nuestros prejuicios.
Escribimos mas pero aprendemos menos.
Planeamos mas pero logramos menos.
Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar.
Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos.
Estos son tiempos de comidas rapidas y digestion lenta, de hombres de gran talla y corta edad de caracter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales.
Hoy en dia hay dos ingresos pero mas divorcios, casas mas lujosas pero hogares rotos.
Son tiempos de viajes rapidos, pañales deshechables, moral descartable, acostones de una noche, cuerpos obesos, y pildoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar.
Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta, y en que tu puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente borrarlas.
Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aquí siempre.
Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejara de ti.
Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo.
Acuérdate de decir te amo a tu pareja----- y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente.
---Un beso y un abrazo pueden reparar una herida -----cuando se dan con toda el alma.
---Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo.
Date tiempo para amar y para conversar, y comparte tus mas preciadas ideas.
Y siempre recuerda:
La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.
George Carlin.
dimecres, 25 de desembre del 2013
Una carta amb les finestres obertes
Mural de la Parròquia de Sant Francesc d'Assís de Bellavista
(Les Franqueses del Vallès) fet pel Xavier Rosell
¿POR QUÉ TE HICISTE HUMANIDAD?
Carta de preguntas al Niño Dios
NICARAGUA.
ECLESALIA,
24/12/13.- Querido Niño
Dios: Cuando era niña, me enseñaron que podía escribirte una carta para pedirte
mis regalos de Navidad. Yo fui parte de ese resto de humanidad que aún podía
acceder a pedir regalos de Navidad para que me los colocaran en el árbol y el
Nacimiento de la sala de mi casa y me despertaran a las 12 en punto de la
madrugada del 25 de Diciembre y encontrarme con “tus” regalos. Sólo que no me
explicaron por qué a otros niños no les llevabas nada…
Hoy las cosas son un poco diferentes. Crecí, y la niña que escribía
cartas para pedir juguetes se convirtió en una mujer que contempla la vida y se
pregunta cosas difíciles, sin respuestas… Pero como estamos en época de Navidad,
decidí escribirte esta carta, como cuando era niña, sólo que ahora soy una
mujer…
Y sólo se me viene esta pregunta, tonta, pero es MI pregunta a vos
en esta Navidad… ¿Por qué te hiciste HUMANIDAD?...
¿Por qué un niño pequeño, pobre, marginado, frágil, dependiente, en
un establo y no en una casa normal? ¿Por qué los extremos y no los puntos medios
donde otros humanos nos podamos “medir” un poco más equitativamente a tu altura?
¿Por qué lo pequeño, lo sencillo, lo humilde? ¿No ves que de todos modos andamos
buscando por todos lados la grandeza, lo deslumbrante, lo que “vale” y lo que
sirve? Y si elegiste nacer así de pobre, así de simple, así de sencillo… ¿es que
esperabas que aprendiéramos alguna lección? Y si es así… ¿por qué ha sido tan
difícil aprenderla después de más de veinte siglos?...
Te explico…
Son las vísperas de la Navidad y la gente anda como loca en las
calles comprando regalos de navidad. Yo misma estoy preocupada porque no tengo
mucho presupuesto para eso y no sé qué darle a los míos… Ya sean ricos o pobres,
todos andan con la misma preocupación. Los regalos. La cena… es que la Navidad
se ha convertido en un comercio desde hace mucho tiempo. Para los ricos o clase
media, es un estrés… para los pobres, sigue siendo un tiempo de dolor y
nostalgia, un tiempo donde tocan su pobreza con las manos llenas de callos y los
ojos nublados por los escaparates deslumbrantes de las tiendas, donde se quedan
prendidos sus deseos de llevar cosas a los suyos. Y yo me pregunto si esto es lo
que realmente recuerda el misterio de tu Nacimiento tan pobre y sencillo, tan
simple…
Mientras yo comeré una cena buena, moderada a mis posibilidades, sé
que miles de seres humanos no tendrán nada en la mesa, y sé que la gente pobre
de mi pueblo esperará los juegos artificiales de las 12 de la noche para irse a
sus camas sintiendo otra Navidad más que se va y les deja vacíos, más pobres tal
vez. Y no puedo con ello… No lo comprendo. Si la Navidad se trata de recordarte,
de celebrar que te hiciste humanidad, ¿no debería de ser el tiempo de mayor
solidaridad humana en este mundo? Y en vez de sentir excitación por los
“regalos” de Navidad, siento un dolor hondo en la consciencia, y esta
impotencia…
La otra pregunta (que es la misma), me preocupa siempre, fuera de
la época de Navidad.
La HUMANIDAD… ¿qué es?
Porque en estos siglos la hemos entendido un poco diferente que
vos…
Es extraño tu Evangelio… nacer en un pesebre… ¿a quién se le
ocurre? Revelarse a unos pastores y no a unos poderosos… Los sencillos y
humildes de corazón… En realidad aún es extraño este Evangelio, pues en el fondo
lo que nos importa es aparecer bien frente a los demás. No sólo en lo
superficial (vestidos, cosas, bienestar, prestigio, fama, dinero…), sino en lo
cotidiano. Es difícil mostrar la fragilidad humana que llevamos dentro. Todos,
ricos y pobres, buscamos cómo esconder nuestro dolor, desconcierto, miedos,
limitaciones… y competimos de forma descomunal unos y otros, hasta por los
lugares en el bus o en el tráfico atascado (si tenemos carro)… Y cuando tocamos
el barro que somos por dentro, cuando “metemos la pata” y nuestra imagen queda
desacreditada ante otros, es como si lo perdiéramos todo. Y cuando vemos esa
fragilidad en otros, les criticamos y hacemos picadillo, como si nosotros
estuviéramos exentos de error… ¡Y vos naciendo en un pesebre! No lo entiendo…
aún no te hemos comprendido mi querido Niño Dios… tu mensaje de Navidad se nos
hace inteligible a causa de tanta información que nos han dado de lo que tiene
que ser el ser humano “perfecto” y “feliz”… Un ser que todo lo puede, que todo
lo tiene, que es bonito, limpio, vive bien, es inteligente, competente,
productivo, eficaz, bueno, educado, útil a la sociedad. Todo lo demás queda
fuera…
Pero vos nacés fuera de los márgenes de la cuidad… como un acto de
protesta contra un sistema que ha prevalecido por siglos…
¿Será que un día comprendamos el Misterio de tu nacimiento humilde?
¿Será que un día comprendamos el Misterio magnífico de la HUMANIDAD? ¿Será que
un día nos sentaremos en una misma mesa de iguales, ricos, pobres, inteligentes,
sabios, tontos, enfermos mentales, drogadictos, catedráticos, prostitutas,
homosexuales, sacerdotes, religiosas, mendigos, doctores, presidentes,
barrenderos, empresarios, vendedores ambulantes y celebraremos la cena de
Navidad recordando que Dios, DIOS, quiso nacer como el más pequeño de los seres
humanos de la tierra?
Si esto fuera posible… quizás ese sea hoy el regalo de Navidad que
te pido en esta carta… Ya pasó el tiempo de los juguetes… hoy es tiempo de
invocar tu HUMANIDAD y desearla para toda la tierra… para mi pueblo… para mi
gente… y para mí, que soy un ser humano roto y en proceso de restauración, parte
de este mundo roto que sólo necesita de tu presencia para ser
sanado.
Si pudieras pasarte por aquí un rato en esta Navidad, y
contagiarnos un poquito de esa humanidad tuya tan humana… sería nuestro mejor
regalo de Navidad… pondremos un plato más en nuestra mesa, por si querés pasar…
dilluns, 23 de desembre del 2013
La pau, fruit de la justícia
2º COMUNICADO DE “EVANGELIO, JUSTICIA Y DERECHOS SOCIALES”, CATÓLICAS/OS DE MADRID
Domingo, 22 Diciembre 2013
LA PAZ, FRUTO DE LA JUSTICIA
Las organizaciones católicas que forman parte del colectivo
Evangelio, Justicia y Derechos sociales queremos manifestar públicamente
nuestra postura en relación con el Anteproyecto de Ley de Protección de
la Seguridad Ciudadana que el Consejo de Ministros ha aprobado el
29-11-2013.
La Ley y su contexto
En los últimos años la sociedad española está atravesando una
delicada situación, consecuencia de una crisis económica producida sobre
todo por una desigualdad creciente en la distribución de las rentas en
las últimas décadas. Ello había obligado a la inmensa mayoría de los
ciudadanos a endeudarse para hacer frente a sus necesidades más
elementales.
Las entidades financieras se han beneficiado de esta situación
utilizando prácticas especulativas, engañando y estafando en no pocos
casos a algunos sectores de la sociedad. Los responsables políticos por
su parte no han cumplido con su responsabilidad de reguladores y
árbitros entre los intereses de los distintos grupos sociales. Y ellos
mismos en demasiados casos se han enriquecido ilícitamente participando
en episodios de corrupción.
Hoy están implementando una salida a la crisis que no sólo no corrige
esta injusticia de origen, sino que profundiza más en ella. Todas las
medidas que se están tomando cargan sobre la pérdida de derechos y nivel
de vida de la mayoría de los ciudadanos: reformas laborales,
fiscalidad, recortes en sanidad, educación, servicios sociales,
pensiones, etc. y siguen beneficiando a los sectores económicamente más
poderosos: ayudas a los bancos, permisividad ante el fraude fiscal y la
corrupción, privatizaciones, etc.etc.
La toma de conciencia ciudadana ante esta situación ha provocado un
tipo de indignación y protesta que se ha mantenido en unos límites
generalmente democráticos y pacíficos. Han sido mínimos los episodios de
violencia y en algunos casos hay fundados indicios de que han sido
provocados por elementos ajenos a los responsables y participantes en
las manifestaciones. Según cifras oficiales, en 2012 hubo 4000
manifestaciones en Madrid. Solo en 12 se registraron actos violentos.
Podemos asegurarlo porque muchos de nosotros hemos participado en estas
protestas.
Entendiendo que la inmensa mayoría de las movilizaciones son
pacíficas, apostamos por la no-violencia como camino para construir el
futuro. Nelson Mandela es un buen ejemplo de lucha no violenta y trabajo
por la reconciliación en una sociedad herida.
Los jueces, por su parte, han reconocido en no pocos casos que lo que
los distintos gobiernos consideraban un atentado al orden público no
era otra cosa que el ejercicio de las libertades civiles. Sin embargo,
frente a estas prácticas de participación democrática, la
criminalización y penalización por parte de ciertos medios de
comunicación y por los responsables políticos ha ido en aumento.
Creemos que el Anteproyecto de Ley, que ahora se presenta como “de Protección de la Seguridad Ciudadana”, es en realidad una normativa para desactivar
los movimientos crecientes de los ciudadanos en defensa de sus derechos
y su dignidad. De llevarse adelante, impedirá que podamos ejercer las
más elementales libertades.
Los jueces habían primado hasta ahora la libertad de expresión y
emitieron duros autos contra la actuación policial. En adelante, estas
sanciones no requerirán ser refrendadas por un juez, eliminando así la
última garantía democrática, ya que las sanciones administrativas podrán
ser impuestas directamente por las Delegaciones de Gobierno, sin
control judicial previo.
Estas medidas se complementan con las del Ministerio de Justicia:
Recurrir ante los tribunales multas como las que se imponen en esta Ley
costará hasta 2.750,00 euros en tasas; gastos de abogado y procurador
aparte. El objetivo de estas medidas parece claro: complementar la
profundización del ajuste social con un nuevo ajuste penal. Esta
combinación entre represión dura y blanda no tiene otro propósito que
infundir miedo y convertir a los ciudadanos que desafían al Gobierno en
una masa amordazada y obediente.
La Ley, tal como está redactada, no sólo supone una represión de las
movilizaciones violentas, sino una seria amenaza para las pacíficas
también, porque contiene elementos de grave arbitrariedad, ante los
cuales los manifestantes, incluidos los manifestantes pacíficos
mayoritarios, se encuentran indefensos y sometidos a grandes multas o
procesos judiciales.
B.- Opus justitiae pax
La paz y la seguridad son dos objetivos sin duda necesarios para la
vida social, pero en la tradición cristiana no vale cualquier tipo de
paz ni la seguridad a cualquier precio. La consigna que atraviesa toda
la Biblia, formulada por los profetas de Israel es esta: “Opus justitiae
pax” (La paz es fruto de la justicia, Is. 32 / 17). No una paz basada
en las relaciones injustas ni en la razón de la fuerza.
El papa Francisco en su primera carta apostólica que acaba de
publicar “El gozo del Evangelio” (24-11-2013) recoge esta tradición con
palabras inequívocas:
Identifica la desigualdad como el mayor desafío económico de nuestro tiempo.
“Hoy tenemos que decir ´no a una economía de la exclusión y la
inequidad´. Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere
de frío un anciano y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa …
Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se
ven excluidas ... por los mecanismos sacralizados del sistema económico
imperante” (nº 53)
“Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente,
las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar. Este
desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta
de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el
derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien
común. Se instaura así una nueva tiranía invisible, que impone, de forma
unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas. Además, la deuda y sus
intereses alejan a los países de las posibilidades viables de su
economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real. A todo ello se
añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han
asumido dimensiones mundiales” (nº 56)
En este contexto, sigue diciendo - la verdadera seguridad ciudadana presupone el cambio de tales situaciones: “Hoy
en muchas partes se reclama mayor seguridad. Pero hasta que no se
reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los
distintos pueblos será imposible erradicar la violencia... Cuando la
sociedad abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá
programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan
asegurar la tranquilidad, porque este sistema social y económico es
injusto en su raíz … Del mal cristalizado en estructuras sociales
injustas no puede esperarse un futuro mejor” (nº 59)
“Las armas y la represión violenta sólo sirven para pretender
engañar a los que reclaman mayor seguridad. Más que aportar soluciones
crean nuevos y peores conflictos... Algunos también se regodean culpando
a los pobres de sus propios males y pretenden encontrar la solución en
una “educación” que los tranquilice y los convierta en seres
domesticados e inofensivos” (nº 60)
El propio Jesús se enfrentó a situaciones donde quería limitarse su
expresión como en su entrada en Jerusalén (Mc 11, 1-11), aclamado por el
pueblo con el título subversivo de "Hijo de David", que se acabó
convirtiendo en una "concentración no autorizada", lo que provocó, junto
a otros factores, la crucifixión de Jesús. Este acto subversivo
pacífico, la entrega de Jesús, su apuesta por los oprimidos significa
para nosotros un testimonio de ánimo. Desde la cruz Jesús dona su sangre
y envía su Espíritu (Jn 19, 30.34); desde ahí, los cristianos apostamos
por estar junto a los crucificados de la historia y de la sociedad;
Dios está junto a los testigos incondicionalmente y no hay Imperio ni
Ley, ni persecución, ni condena, ni angustia, ni peligros ni espada que
pueda separarnos del amor de Dios (Rm 8, 31-39) ni vaya a impedir
nuestra acción y testimonio.
C.- Manifestamos
En consecuencia, ante el Anteproyecto de Ley de Seguridad ciudadana manifestamos:
- La paz de la tradición cristiana no es la de los siervos sometidos
por la ley de la fuerza, sino la construida entre ciudadanos libres e
iguales
- No consideramos necesaria una ley como esta. La gran mayoría de las
protestas ciudadanas se han desarrollado de manera pacífica. Los
episodios violentos - de origen incierto por otra parte – han sido
escasos, aunque debidamente amplificados ante la opinión pública por
algunos medios de comunicación y responsables políticos. Seguramente con
la intención de justificar medidas como las de esta ley.
- Consideramos que esta ley supone una degradación de nuestros
derechos democráticos, constitucionales, que se añade a la progresiva
pérdida de derechos sociales y condiciones laborales que venimos
sufriendo.
- Incluso si se diera una situación de violencia, la paz y seguridad
ciudadanas no pueden florecer en un contexto previo de injusticia y
violencia estructural, de pérdida progresiva de derechos sociales, de
corrupción de responsables políticos, de represión policial, de
manipulación de la opinión pública.
- La pretendida inseguridad ciudadana que se puede estar produciendo
no tiene su origen en los procesos crecientes de indignación y
participación ciudadana totalmente legítimos. Estos no son más que un
síntoma de la inseguridad creciente que la mayoría de la población
siente ante la pérdida progresiva de derechos sociales y condiciones
laborales. Hay que actuar sobre estas causas y no tomar medidas que
culpabilicen aún más a las víctimas de la situación.
- La paz y seguridad ciudadanas son fruto de unas relaciones
económicas y sociales justas, del respeto a los derechos laborales, el
reparto equitativo de las cargas fiscales, de unos medios de
comunicación públicos que representen los distintos intereses y
opiniones de todos los grupos sociales.
- Pretender solucionar los problemas de inseguridad ciudadana por la
sola vía de la represión policial es síntoma de un gobierno débil con
los poderosos y arrogante con los débiles.
- Las fuerzas de orden público no pueden reducirse a mantener un
orden socio-económico injusto, no pueden estar únicamente al servicio de
los poderosos que pretenden imponer sus intereses y sus leyes por la
fuerza.
- En estas circunstancias de violencia estructural, hacemos un
llamamiento a la ciudadanía a continuar participando activamente en
aquellas iniciativas y convocatorias que buscan otro tipo de sociedad
más justa basada en la dignidad de las personas, incluyendo actos de
desobediencia civil. La historia de los cambios sociales no hubiera
sido posible sin este principio de dignidad ciudadana.
- En los próximos días de Navidad, celebramos las fiestas del
“Príncipe de la Paz”. Los primeros cristianos le dieron este título, que
antes se atribuía al emperador, porque pensaban que la verdadera paz no
se construye sobre la injusticia y las fuerzas militares del imperio,
sino sobre la práctica de la justicia: “Opus justitiae pax”. El
nacimiento de Jesús --"rey de los judíos", un rey de paz y justicia--
produjo el sobresalto de Herodes y toda Jerusalén (Mt 2, 1-3) y su
posterior persecución, pero su voz, 2000 años después, aún no ha podido
ser acallada. Hoy vuelve a alzarse ante esta Ley.
Madrid, 20 de diciembre de 2013
Organizaciones que forman parte de Evangelio, Justicia y Derechos Sociales, católicas/os de Madrid:
Acción Católica Obrera (ACO) de
Madrid, Acción Cultural Cristiana (ACC), Apostólicas del Corazón de
Jesús, Asociación Puente de Esperanza Madrid, Capellanía del Centro
Penitenciario de Navalcarnero, Centro de Reflexión Alberto Hurtado, COMU
de P. Santa María del Buen Aire, Comunidad Cristiana de Base Sto. Tomás
de Aquino, Cristianos de la Parroquia de Santa Bibiana, Cristianos por
el Socialismo, Cristianos Socialistas de Madrid PSM-PSOE, EPPOs de
Madrid, Foro de Curas de Madrid, Foro de parados en acción, Fraternidad
Cristiana de Personas con Discapacidad de Madrid (Frater), Fundación
Ayuda Solidaria Hijas de Jesús, Hermanas Franciscanas del E.S. Comunidad
de Vallecas, Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Madrid,
Hermandades del Trabajo (HHT), Hermanitas de Jesús de Foucauld,
Hermanitas de la Asunción, I.S. Siervas Seglares de Jesucristo
Sacerdote, Comunidad de la P. San Pablo, Institución Javeriana, Justicia
y Paz de Madrid, Juventud Obrera Cristiana (JOC), Parroquia de la
Sagrada Familia (Fuenlabrada), Parroquia de la Preciosísima Sangre,
Parroquia de San Ambrosio, Parroquia de San Basilio, Parroquia de San
Cosme y San Damián, Parroquia de San Eulogio, Parroquia San Francisco
Javier y San Luis Gonzaga, Parroquia de San Pablo, Parroquia de Santa Mª
del Buen Aire, Parroquia de Santo Tomás de Villanueva, Pastoral San
Carlos Borromeo, Profesores cristian@s de la educación pública, Pueblos
Unidos, Red Interlavapiés, Revista Alandar, Revista 21, RR de la
Compasión, RR de la Sagrada Familia de Burdeos.
dijous, 19 de desembre del 2013
Cal recuperar la denúncia profètica
RECUPERAR
LA DENUNCIA PROFÉTICA DESDE LA MISERICORDIA
Reflexión
en Adviento
GABRIEL Mª OTALORA, gabriel.otalora@ euskalnet.net
BILBAO (VIZCAYA).
ECLESALIA,
19/12/13.- El problema fundamental de la Iglesia es que debe
determinar, permanentemente, cuál es su lugar en el mundo, pero no en teoría
sino en la práctica. Jon Sobrino escribió hace tiempo (1992) algo que él llamó
Principio-Misericordia y que el papa actual está reivindicando ahora como algo
esencial para vivir el evangelio: que el ejercicio de la misericordia pone a la
Iglesia fuera de sí misma, en medio de donde ocurre el sufrimiento humano. La
Iglesia como tal, debe releer la parábola del buen samaritano con la misma
actitud reverencial con que la escucharon los oyentes de Jesús, cuando
cuestionaba que los salteadores del mundo anti-misericordioso toleran que se
curen heridas, pero no que se sane de verdad al herido ni que se luche para que
éste no vuelva a caer en sus manos. Algo que va más allá de aplaudir las “obras
de misericordia”, que están muy bien.
A
nadie lo meten en la cárcel ni lo persiguen simplemente por realizar obras de
misericordia, y tampoco lo habrían hecho con Jesús si su misericordia no hubiera
sido, además, lo primero y lo último. Pero, cuando lo es, entonces subvierte los
valores últimos de la sociedad, y ésta reacciona en su contra. Esta reflexión
creo que debe primar en este tiempo de espera y de esperanza; porque urge
recuperar la denuncia profética desde la misericordia frente a las injusticias
de unas políticas económicas que además de ineficaces, solo benefician a una
minoría con la que demasiadas veces, los cristianos somos complacientes.
Se
puede decir que la Iglesia nació a partir de Pentecostés, cuando las primeras
comunidades desarrollaron una sorprendente vitalidad. Pero nada les resultó
fácil, como nos cuentan sobre todo las cartas de san Pablo, aunque fuesen
guiados por ese Dios que respeta la libertad y la condición humana en toda su
extensión. El rechazo histórico que sufrieron entre los suyos activó la labor
misionera, acrecentada por sus primeros éxitos con los gentiles. Pero no
tardaron en ser vistos como un peligro que chocaba con los intereses del imperio
romano y los de muchos ciudadanos que se sentían incómodos con semejante apuesta
de fe y de vida.
Al
final, padecieron una represión brutal de casi dos siglos. Aun así, cuántas
veces repetirían pasajes milenarios como este: “Eres precioso a mis ojos, eres
estimado, y yo te amo. No temas, que yo estoy contigo”… esperanzados con un
nuevo Adviento para sus comunidades eclesiales. Las dificultades existieron
desde el principio: grandes diversidades culturales y con visiones teológicas
diferentes, que las superaron gracias a su entrega a los demás. Aquellos
cristianos, en fin, no se arrugaron en su testimonio ante las dificultades.
Siempre tendremos en aquellas comunidades un modelo de conducta para nuestra
Iglesia, empezando por la jerarquía. En este momento especial del Adviento, de
acogida a ese Niño Dios cercano y hecho uno de nosotros, es tiempo de acoger
también su mensaje de amor a la luz de las vivencias de aquellos sus primeros
seguidores.
Un
tiempo de Adviento (lo comenzaron las iglesias cristianas en el siglo IV) que va
unido siempre a la experiencia del día a día, a la luz de la experiencia pascual
de Cristo resucitado. La sociedad de consumo nos quiere borrar del corazón que
los regalos más importantes no se pueden comprar con dinero. Y el más grande de
todos, fue el gran regalo de Dios dándonos a su propio Hijo. Cada nuevo Aviento
navideño supone un reto a nuestras contradicciones de una fe contagiada del
materialismo más pagano. La Navidad se ha convertido para demasiados cristianos
de nuestras comunidades en una fiesta decadente, olvidados de que este tiempo
nos invita a la necesaria renovación más allá de las fiestas familiares y
sociales en torno al nacimiento de Jesús. Va más allá de una fiesta de
cumpleaños. Lo que nos demanda este tiempo de preparación pascual es centrarnos
en el meollo del problema, como recordaba el poeta religioso Ángelus Silesius:
“Aunque Cristo nazca mil veces en Belén, mientras no nazca en tu corazón…
dimarts, 17 de desembre del 2013
diumenge, 15 de desembre del 2013
Les tanques que s'allunyen de l'Evangeli
En tiempo de Adviento, Día Internacional de los Derechos Humanos,
la Iglesia de la diócesis de Tánger, con la fuerza de la fe, la
esperanza y el amor de sus hijos, pide que esos derechos, que han sido
reconocidos como universales y que han de ser respetados con todos, «sin
distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición», sean respetados de
modo escrupuloso y discriminatoriamente positivo con quienes, por
hallarse en situación de mayor vulnerabilidad, necesitan mayor
protección.
Esta comunidad eclesial es testigo asombrado y apenado de que, en
las fronteras del sur de Europa, son vulnerados no pocos de los
artículos incluidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Nadie puede considerar respetuoso con la dignidad de las personas y con
«su derecho a salir de cualquier país, incluido el propio», el que, en
veinte años, las fronteras se hayan cobrado la vida de más de 20.000
jóvenes.
Las medidas adoptadas hasta ahora por los Gobiernos de los países
europeos para el control de las fronteras del sur, han sido y son un
fracaso político y humano, pues dejan a los emigrantes en una situación
de abandono, y transforman en sarcasmo sus proclamados derechos «a la
vida, a la libertad y a la seguridad».
Desde la fe, con esperanza, y por la caridad que nos une a quienes
padecen las consecuencias inhumanas de esas medidas, como Iglesia:
Denunciamos el sistema Europeo de vigilancia de fronteras, Eurosur, cuyo objetivo principal
es «prevenir la inmigración irregular, el crimen transfronterizo y las
muertes en el mar», o, como han expresado otros: «mejorar la detección,
prevención y lucha contra la inmigración irregular y la delincuencia
organizada».
Lo denunciamos porque asocia inmigración y crimen, inmigración y
delincuencia, lo que evidencia un inaceptable juicio negativo sobre los
emigrantes y favorece el desarrollo de sentimientos xenófobos en la
sociedad. Prevé la colaboración de las autoridades nacionales en un
intercambio de información que puede lesionar los derechos de los
emigrantes a la protección de sus datos personales. Privilegia objetivos
de control y represión, que harán fácil y legítima la violación de los
derechos de los emigrantes, incluido el derecho a la vida. Evidencia de
esto son los 3.530 millones de euros que «los países miembros de la
Unión Europea van a recibir, entre 2014 y 2020, para reforzar sus
fronteras exteriores». Es escandaloso que las fronteras y su seguridad
sean más importantes que las personas y sus derechos.
Denunciamos el doble lenguaje de quienes deciden las políticas de
fronteras. Puestos ellos también, después de Lampedusa y sus muertos,
ante la evidencia de centenares de víctimas de la miseria humana y de
leyes que la agravan, se apresuraron a manifestar sentimientos de pesar y
voluntad de evitar en el futuro tragedias semejantes, voluntad que se
ha concretado en la creación del sistema Eurosur. Es decir, que
a la necesidad y esperanzas de los emigrantes, se responde una vez más
con medidas sobre todo represivas, que los empujarán a asumir en sus
caminos cada vez mayores riesgos, incluido el riesgo siempre más alto de
perder la vida.
Denunciamos la presencia de concertinas con cuchillas en las
vallas de Ceuta y Melilla. Estos elementos de control de fronteras
representan un atentado a la integridad física de los emigrantes: esas
cuchillas cortan, lesionan, mutilan, y no son coherentes con el deber
que todos tenemos de respetar los derechos de hombres, mujeres y niños
de África en su camino hacia los países de Europa.
Denunciamos la obsesión por la seguridad de unos a costa de la
salud de otros, puede que a costa de sus vidas. Se entiende que un
Gobierno ha de garantizar con medios apropiados la seguridad de los
ciudadanos en el territorio de la nación. Pero esos medios dejan de ser
apropiados, su legitimidad se desvanece, cuando usarlos significa privar
a otros del derecho fundamental a la salud, al bienestar, a la
alimentación, al vestido, a la vivienda, a la asistencia médica, a los
servicios sociales necesarios. Las condiciones de vida en los países de
origen y las leyes de protección de fronteras en Europa empujan a
hombres, mujeres y niños de África a un infierno interminable de soledad
y clandestinidad por los caminos de la emigración. Denunciamos que se
oculten sus sufrimientos; denunciamos que, bajo pretexto de seguridad,
se destinen cantidades ingentes de dinero a multiplicar esos
sufrimientos, a hacer más difícil la situación de esa humanidad
extenuada, a hacer que esos empobrecidos sean más prójimos de la muerte
que de nosotros; denunciamos que a los emigrantes, a quienes nosotros
mismos hemos hecho irregulares, se les obligue a la marginalidad en los
países de tránsito, se les persiga como delincuentes, y se les empuje a
la muerte.
Denunciamos la supeditación de las personas a intereses
económicos. A nadie se le oculta que el criterio principal, por no decir
único, para regular la entrada de emigrantes en un país, es el del
beneficio económico que le pueden reportar. Esa supeditación de lo
humano a lo económico deja sin protección derechos fundamentales de las
personas, como son: el derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad;
el derecho a que nadie se vea sometido a esclavitud; el derecho a que
nadie sea víctima de trata; el derecho a que nadie sea tratado de forma
cruel, inhumana o degradante. Y denunciamos que, por intereses
económicos, esos derechos universales sean derechos no vigentes en los
caminos de los emigrantes.
Ni las medidas adoptadas hasta ahora por las autoridades europeas y
españolas para el control de fronteras, ni otras más costosas que se
puedan adoptar, impedirán que a esas fronteras sigan llegando pobres en
busca de futuro: No hay cuchillas que frenen el ansia de vivir, no hay
cuchillas que puedan intimidar más que el hambre y la miseria, nada
pueden perder quienes nada tienen. De ello son testimonio hombres,
mujeres y niños que entre nosotros, a los ojos de este Iglesia que
peregrina en Marruecos, esperan una oportunidad. Gastar dinero en
destruir esperanzas es la peor de las inversiones.
Pero no se trata sólo de una mala inversión, es también una
terrible irresponsabilidad, pues en las fronteras se multiplican
sufrimientos y muertes. «¿Quien es el responsable de la sangre de estos
hermanos y hermanas? Ninguno. Todos respondemos: yo no he sido, yo no
tengo nada que ver, serán otros, pero yo no. Hoy nadie se siente
responsable de éstos, hemos perdido el sentido de la responsabilidad
fraterna, hemos caído en el comportamiento hipócrita» (Palabras del Papa
Francisco en Lampedusa).
Por sentido de responsabilidad, por amor a la justicia, por
respeto a nuestros hermanos emigrantes, pedimos a quienes tienen
autoridad para hacerlo, que, en el ejercicio de esa autoridad, dispongan
la retirada inmediata de las concertinas instaladas en las vallas de
Ceuta y Melilla, por tratarse de instrumentos que violan derechos
fundamentales de las personas y en nada favorecen el deseado desarrollo
moral, cultural y económico de la sociedad española y de la Unión
Europea. Las cuchillas sólo causan dolor y muerte.
Fr. Santiago Agrelo. Arzobispo de Tánger
dijous, 12 de desembre del 2013
Els testos s'assemblen a les olles
Clases sociales hereditarias
La mitad de los hijos de familias sin cualificación repiten los escasos estudios de sus padres
La falta de movilidad social es un problema crónico en España
Los hijos de los obreros y agricultores tienen pocas posibilidades de
mejorar la posición social que tuvieron sus padres y, probablemente,
sus abuelos. El 50% de ellos repetirán esas profesiones y solo un 25%
llegará a tener estudios superiores y elevar sus posibilidades vitales.
Es una cadena que se repite en España desde los años sesenta: las
familias que no tienen estudios no consiguen en general que sus hijos
los tengan y prosperen. Y el sistema educativo tampoco parece que
consiga compensar esa carencia. Los datos presentados ayer por la oficina estadística europea
(Eurostat) revelan que España ocupa el quinto lugar por la cola entre
28 países porque no alcanzan grandes progresos educativos en este campo.
Sin embargo, los hijos que se crían en familias con estudios medios
consiguen conjurar ese determinismo social y España es la tercera, a la
cabeza, con un 52% de licenciados.
El sociólogo Ildefonso Marqués se refiere al efecto suelo: “Cuando
los padres vienen de lo más bajo cualquier mejora calma sus
aspiraciones. Por ejemplo, si es analfabeto se contenta con que su hijo
sepa leer y escribir”. Y este profesor de la Universidad de Sevilla
habla también, en cambio, del efecto techo: “Si un padre se doctoró en
Medicina vive como un fracaso que su hijo se conforme con una carrera
universitaria”. Pues en opinión de Marqués “los deseos crecen a medida
que estás más cerca y el coste de oportunidad no es el mismo para
todos”. Las clases bajas apremian muchas veces para que los estudiantes
ayuden con un sueldo en casa —de ahí la importancia de las becas
compensatorias en la Universidad— y no pueden permitirse que repitan
varias veces. “Las clases medias, en cambio, han hecho un gran esfuerzo
por escalar socialmente y son conscientes de la importancia de los
estudios y recursos culturales. No son licenciados, pero saben que es
importante que sus hijos aprendan idiomas o vayan al conservatorio”.
Si un padre se doctoró en Medicina vive como un fracaso que su hijo se conforme con una carrera universitaria
Mucha gente en los sesenta hacía la reválida a los 10 años y luego se
quedaba en la escuela dos años más en una especie de limbo. En los
ochenta, eran legión los que abandonaban las aulas en EGB — entonces muy
masificadas y faltas de profesores de apoyo— y hoy, con una
escolarización obligatoria hasta los 16, uno de cada cuatro —la mayoría
de familias humildes— deja el sistema sin el título de secundaria.
Pero Rafel Feito, profesor de Sociología en la Complutense, considera
que incluir en la muestra tomada por Eurostat a personas de 25 años
hasta los 59 y hacer la media puede distorsionar los resultados. Si solo
se tomaran datos de los más jóvenes, la estadística serían mejor.
“Hasta mediados de los ochenta no hubo escolarización hasta los 16
años”, recuerda. El número de titulados universitarios entre 25 y 35
años ha pasado de 812.000 en 1991 a casi millón y medio de personas que
están estudiando en la actualidad, un 7,4% más que hace cinco años.
Aunque el nuevo presidente de los rectores, Manuel José López, alertaba
en este diario sobre el riesgo de que los jóvenes más humildes renuncien
a los estudios superiores por el aumento de tasas y el endurecimiento
del acceso a las becas.
“Es un problema crónico del sistema educativo español.
Se reproduce el efecto Mateo. Dar más ventajas a los más aventajados y
menos a los desfavorecidos”, opina, pesimista, el sociólogo Xavier
Martínez Celorrio, que realiza estudios de movilidad social para a
Fundación Jaume Bofill. “Los datos concuerdan con las cifras del informe
Condiciones de vida 2011 del INE, aunque me resultan algo severos. No
creo que pase de un 40% el porcentaje de los que se quedan en la escala
social de sus padres”, prosigue. Martínez Celorrio, de la Universidad de
Barcelona, opina que el sistema educativo falla. “Hemos calculado que
en Cataluña solo el 27% de los niños de menos de 16 años de familias
humildes reciben ayudas de libros de texto o comedor. Y es errónea la
política de becas. No se trata solo de dar dinero y, además, meses más
tarde. Hay que hacer un seguimiento de las familias. Falta aspiración de
llegar a la Universidad en los hogares pobres”.
En contra de lo que ocurre en España, llama la atención la poca
movilidad dentro de familias con estudios medios en Alemania y otros
países de centro de Europa. “Eso creo que se debe a que tienen una FP
muy fuerte. A partir de los 10 años separan a los niños pero mientras
cursan esos estudios reciben un salario y hacen prácticas en un tejido
industrial que aquí no existe”, razona Feito, que aboga por seguir
apostando por la FP de grado superior (se accede después del
bachillerato) o la universitaria, la única que, en su opinión, garantiza
dominar las destrezas (aprender a aprender, trabajar en equipo,
comunicarse). Una mejor preparación no es sinónimo de ascenso social. En
España muchos titulados tienen un trabajo para el que están
sobrecualificados o reciben un sueldo muy por debajo del empleo que
desempeñan. “Muchos graduados de familias humildes no pueden hacer valer
su título porque media el origen social”, asegura Marqués. “No solo
porque influya la red de contactos de tus padres para encontrar trabajo.
También porque muchas empresas buscan un perfil sociocultural
determinado y hay diferencias en habilidades no cognitivas. En las
entrevistas se entiende que la motivación, el sentido de jerarquía o
incluso la limpieza están asociados a clases medias y altas”.
La pertenencia a una clase social influye también en el mileurismo,
pero sobre todo el género, según un estudio de José Saturnino Martínez,
sociólogo de La Laguna. Sus datos reflejan que lo son, de media, el
26,1% de los varones, pero un 42,3% en la clase más deprimida. Mientras
que son mileuristas el 44,1% de las mujeres, pero si tienen un origen
pobre el porcentaje asciende a un 53,6%.
“Hace tiempo que se demostró que en Estados Unidos no hay mayor
ascenso social. Si quieres vivir el sueño americano vete a Dinamarca”,
ironiza Feito. En el país nórdico, las guarderías son gratuitas para
frenar la desigualdad antes de la primaria y los alumnos pobres acuden a
clase en barrios privilegiados para que se impregnen de sus ventajas.
dimarts, 3 de desembre del 2013
El final del camí
Los que llegan a Melilla son “los supervivientes”, la mayoría muere por el camino
Director del CETI de Melilla: “El camino hasta la valla es un crudo proceso de selección natural”
La “valla” de Melilla es un sistema de valla triple reforzado con cuchillas y alambradas
Irene López, 30 de
noviembre de 2013 a
las 15:45
(Irene López Alonso, enviada especial a Melilla)-
El problema no son sólo las cuchillas.
La valla de Melilla es un complejo sistema de seguridad que pensaríamos
infranqueable si no supiéramos que muchos lo han logrado traspasar: Una reja de
seis metros de altura coronada por dos metros más de valla abatible
(incorporada a principios del verano pasado por el Gobierno), de manera que, si
un inmigrante logra trepar los primeros seis metros, al llegar a la parte más
alta de la valla su propio mecanismo le empuja hacia abajo. Un macabro reflejo
de la condena de Sísifo, obligado a cargar de nuevo con la piedra una vez
coronaba la cumbre.
Además,
las polémicas concertinas (alambradas en
espiral con pequeñas cuchillas afiladas) están repartidas a
distintas alturas por toda la longitud de la valla. A la mitad o incluso a ras
de suelo, estas cuchillas, que se pueden distinguir porque relucen con el sol,
son sin embargo camufladas por la maraña de alambradas que hay entre valla y
valla.
Y
es que, aunque se hable de valla (en singular), la frontera que divide
Marruecos y Melilla es en realidad un sistema
de valla triple, atravesado por hierros con los que se pretende
herir a los inmigrantes que logran saltar la primera verja.
"Cuando
uno cae entre valla y valla, rápidamente llegan los militares marroquíes y lo
apresan", explica Francisco Salvador, de la Asociación melillense Amigos por la Solidaridad.
Todo el perímetro de seguridad está vigilado por
cámaras, y todavía hay tramos donde se puede ver a los
operario colocando las cuchillas por orden del Ministerio del Interior de
España, pero del lado marroquí de la frontera.
Los supervivientes
Tras
ver de cerca la valla y después de que un militar marroquí nos dijera desde
detrás de la alambrada que no se puede fotografiar en la "zona de
seguridad", nos desplazamos unos metros hasta el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes
(CETI) de Melilla, donde se encuentran "los supervivientes". Los que
han conseguido atravesar la valla y entrar a España. En su puerta, los
inmigrantes magrebíes y subsaharianos pueden ver, detrás de los alambres, el monte donde estuvieron malviviendo hasta
poder cruzar la valla.
"Estamos
sobrepasados", nos cuenta Carlos Montero, el director del centro,
"pero prefiero que entren apretados a
que estén durmiendo en la calle".
Carlos Montero es un militar retirado, pero no lo
parece. Lo encontramos en su despacho rodeado de una multitud
de niños del CETI, que juegan con su ordenador y revuelven sus cosas
descontroladamente, pidiéndole caramelos o echándole los brazos para que les
coja.
Había
concertado una cita con el Padre Ángel para enseñarle el centro, y mientras
caminamos por las instalaciones de esa micro
ciudad, sus habitantes le saludan con cariño.
Vemos
mujeres lavando y tendiendo ropa,
niños correteando por las calles de ese pequeño pueblo, argelinos viendo la
televisión en el comedor común o charlando entre ellos como cualquier grupo de
vecinos.
Montero
nos enseña los almacenes donde guardan todos los productos con los que surten a
los residentes del CETI (jabón y demás productos de higiene, mantas,
utensilios, ropita de bebé), y nos cuenta que los
163 niños del centro están escolarizados.
A
pesar de que el CETI alberga en estos momentos al doble de su aforo, sus habitantes pueden salir y entrar libremente,
reciben tres comidas al día y viven dignamente en pequeñas habitaciones
compartidas. El que menos, tiene una litera en uno de los últimos módulos que
han tenido que ampliar urgentemente, para evitar que faltaran camas de cara al
invierno.
La crueldad de Darwin
Un
grupo de subsaharianos estaba pintando la silueta de África en una de las
paredes del CETI cuando Carlos Montero nos llevó a ver la enfermería. Allí, una
doctora cubana nos contó que las principales enfermedades de los residentes del
CETI son la tuberculosis y el Sida. "Pero aún así tienen una salud de
hierro", nos explicó la médico. Y el director del centro aclaró: "Hasta aquí sólo llegan los más fuertes. El camino
hasta la valla es un crudo proceso de selección natural".
Y
es que la valla, en realidad, es tan sólo la
última etapa de la terrible odisea de los inmigrantes, que abandonan
su país teniendo que atravesar otros muchos. Si son subsaharianos tienen que
cruzar también el desierto, sobrevivir a las tormentas, burlar muchas otras
fronteras, y finalmente soportar los palos de la policía de Marruecos cuando
llegan al monte Gurugú.
Y
ni siquiera eso es garantía de nada: En el último
salto masivo a la valla, cuando todavía no habían sido colocadas las
cuchillas, un hombre murió al caer desde los ocho metros de altura.
La
dolorosa realidad es que los que llegan hasta Melilla son "los
fuertes", los supervivientes. La mayoría
se queda atrás, sepultada por la ignominia.
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