SANTI BOZA
PRESIDENT D'ACCIÓ CATÒLICA OBRERA (ACO)
“Fer la revisió de vida no és com anar al psicòleg”
MIREIA ROURERA - BARCELONA
MIREIA ROURERA - BARCELONA
Opinión | La discriminación de la mujer en el mercado laboralpor Comunicación ITD |
Clara Fernández-Merino y Tamar Arranz, representantes de Iglesia por el Trabajo Decente. Presidenta de la Juventud Estudiante Católica (JEC) y técnica de Economía Solidaria de Cáritas, respectivamente. Publicado en la revista Ecclesia.
Como cada 8 marzo, desde la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, alzamos la voz y el bolígrafo para visibilizar y denunciar la situación de las mujeres en el mercado laboral y las múltiples discriminaciones directas e indirectas de las que son objeto: la imposibilidad de acceder a un empleo o mantenerlo ante la necesidad de cuidar a familiares a su cargo, la diferencia salarial respecto al mismo trabajo que realizan los hombres, el techo de cristal que obstaculiza que puedan alcanzar puestos de responsabilidad, su mayor presencia en los trabajos esenciales sin que ello se traduzca en un salario y condiciones laborales dignas, la falta de reconocimiento social de estos empleos a pesar de ser fundamentales para la sostenibilidad de la vida…. En fin, tantas y tan variadas discriminaciones fruto tanto de la falta de corresponsabilidad efectiva (por parte de los hombres, las empresas y el Estado) como de un sistema patriarcal que aún imposibilita la igualdad real y no pone los medios suficientes para corregir y evitar las desigualdades a las que se enfrentan las mujeres.
Pero este no es un 8 de marzo cualquiera y la pandemia del Covid-19 donde la crisis sanitaria ha desencadenado una fuerte crisis económica y social, ha afectado a las mujeres en diferentes aspectos y muy especialmente en términos de empleo. Según los datos de la EPA, las actividades en las que las mujeres trabajadoras se concentran y tienen una representación mayoritaria, son las que han perdido más empleo. Y por otro lado, en algunas de las actividades que más demanda de trabajadoras han tenido con motivo de la pandemia (como el sector cuidados), se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad y más expuestas al contagio1
En este sentido resaltamos la situación en que se encuentran las mujeres empleadas de hogar, en la que, por un lado, muchas no pudieron trabajar durante el periodo de confinamiento que duró meses, y cuyo sector, considerado fundamental, aún no cuenta con prestación por desempleo que pueda protegerlas ante situaciones de despido al igual que al resto de personas trabajadoras, ni, por supuesto ante este tipo de emergencias. Para que pudieran quedar cubiertas y paliar esta situación de absoluta vulnerabilidad, el gobierno estableció un subsidio extraordinario y temporal, el cual no ha cubierto las necesidades de la mayoría de mujeres debido en parte a los trámites administrativos que dificultaban el acceso y al retraso o impago de los mismos, con un desembolso que no ha alcanzado más que al 18,5% de lo presupuestado2, y a que una buena parte de ellas no estaban dadas de alta en la seguridad social, por lo que no tenían derecho a cobrarlo.
Y por otro lado, la crisis alargada en el tiempo también ha provocado una caída muy importante en las contrataciones, que ya se habían visto afectadas desde la subida del SMI, lo que ha supuesto que las familias, no puedan o no quieran hacer frente a las contrataciones, provocando una caída de las afiliaciones a la Seguridad Social (21.365 menos que un año antes), estando hoy en su nivel más bajo desde 20123. Así, las mujeres que trabajan como empleadas de hogar se están enfrentando por un lado a la pérdida de sus empleos, pero también a la necesidad de trabajar menos horas, o las mismas, pero cotizando por menos y como reflejan los datos (la EPA muestra que hay más de medio millón de personas trabajando en Empleo de Hogar, frente a las 381.200 afiliaciones a la Seguridad Social) a pasar a trabajar en la economía sumergida.
Respecto al sector servicios, en muchos lugares, la primera oleada de despidos se concentró especialmente en este sector, destacando la incidencia en la hostelería, y el turismo en general, actividades donde las mujeres cuentan con una presencia mayoritaria (Naciones Unidas, 2020)4.
La industria turística española se ha desplomado a medida que se extendía la pandemia y se tomaban medidas gubernamentales sobre cierres de actividad y confinamiento. Esto ha afectado a su fuerza laboral, mayoritariamente conformada por mujeres. Profesiones como las azafatas de vuelo, las trabajadoras de turoperadores, las camareras de piso y las limpiadoras de los hoteles, los cuales en muchas ocasiones se caracterizan por su precariedad, han sido núcleos de empleo femenino muy afectados por esta pandemia llegando en casos a no poder afrontar sus gastos más básicos.
Este impacto sectorial, se ve acompañado de una reducción de jornadas de muchas trabajadoras, para poder cuidar de sus descendientes que durante los periodos de cuarentena se encontrasen en el hogar, reforzando así los estereotipos de género5.
Otra situación que merece especial atención en estos momentos es a la que se enfrentan las mujeres jóvenes, el paradigma no es más tranquilizador ni el camino más sencillo, ya que se encuentran ante multitud de retos que afrontar. En España, las mujeres jóvenes en particular, son víctimas muy importantes de la actual flexibilidad del mercado laboral, acumulando una doble discriminación, por ser jóvenes y por ser mujeres.
El acceso a un trabajo, tras muchos años dedicados al estudio y a la especialización en un ámbito profesional, parece ser hoy un lujo que pocas jóvenes se pueden permitir. Que el empleo responda, además, al perfil profesional que se deseaba cuando se comienza a estudiar supone, en muchos casos, una quimera. Multitud de sueños estallan ante el panorama desolador de una España que se sitúa como uno de los países de Europa y del mundo con mayor tasa de desempleo juvenil, sumado a esto la caracterización de la mujer en cubrir los empleos peor remunerados y menos valorados socialmente.
¿Dónde encuentran las mujeres jóvenes en el mundo laboral? Pues a pesar de la evolución favorable en términos generales del mercado laboral y luchas por una realidad feminista, continúan sobre-representadas en profesiones “tradicionalmente femeninas” y están infra-representadas en trabajos de responsabilidad; siendo sobre las que todavía recae el peso del trabajo de hogar y de cuidados de las personas dependientes de su entorno, asumiendo, por tanto, una doble carga: laboral y familiar.
La temporalidad es otro de los grandes problemas de la juventud trabajadora, especialmente de las mujeres. La tasa española casi triplica la media europea; como consecuencia, las trabajadoras jóvenes se ven sometidas a una elevada rotación laboral, puesto que los contratos son de duración muy corta y condiciones precarias (Consejo de Juventud de España, 2020). Poniendo en alta dificultad objetivos tan universales como: ser autosuficientes, conseguir una vivienda adecuada, formar un hogar o trabajar de aquello en lo se está especializada.
A pesar de la petición por parte de la sociedad a “remar todos y todas en la misma dirección”, la realidad ha mostrado la brutal pobreza de esta soñada solidaridad. Las decisiones organizacionales, en especial sobre la liquidación de empleos y aumento de la presión hacia la productividad, se han basado en argumentos ante los cuales las trabajadoras han quedado como figurantes sin capacidad de activarse. Esta indefensión ante los acuerdos empresariales y las circunstancias de aislamiento social y confinamiento han impedido a las trabajadoras reclamar sus derechos. Esto, junto a las consecuencias negativas psicológicas, emocionales y económicas asociadas a la pérdida del empleo que han provocado una ruptura brusca de las relaciones individuos-organizaciones.
Estas evidencias que la crisis Covid ha puesto encima de la mesa nos sitúan, con más claridad ante la necesidad de un cambio de modelo, centrado en las personas y el cuidado de la vida. Un modelo que de una vez permita la participación y el desarrollo de las mujeres en el mercado laboral en igualdad de condiciones a los hombres.
***
Avui 20 de març de 2021 a les 16.30 hores tenim la pregària de Quaresma els i les militants d'ACO de la nostra diòcesi de Terrassa. Ens acompanyarà el Jesús Lanao, consiliari de la comissió de formació del nostre moviment.
"Segur que ens enyoràveu!", van dir les joves presentadores. Després de mesos separats, un dissabte de finals de febrer la Joventut Obrera Cristiana organitza el que seria la 22ª Trobada Nacional d'Iniciació, aquest cop, això sí, telemàtica. I és que ja fa temps que les trobades virtuals formen part de la nova normalitat. Davant d'una situació sense final visible, els moviments han hagut de fer mil invencions per poder trobar-se o simplement no perdre el contacte. I la JOC no ha estat menys.
Les joves que donen nom a la Iniciació de la JOC van reunir-se en petits grups repartits pels seus barris o federacions per poder celebrar com tocava. Les restriccions eren clares i hi existia una intenció clara de no tornar a repetir una trobada on tothom estava sol a casa davant del seu ordinador. L'ambient era joiós, alguns grups feia molt temps que no es veien, altres simplement que no celebraven. No només era una trobada, era una celebració, i d'aquestes avui en dia n'hi ha poques.
Una pregària inaugura el matí. Amb tot el que enfrontem cada dia, què ens fa sentir insegures i què ens ajuda a seguir endavant. Obrir-se de bon matí no és fàcil, però els grups se'n surten. La pandèmia ha afectat d'una forma o una altra a totes les vides. Les més joves senten que no estan vivint una etapa transcendental de la seva vida. "Sé que hi ha gent pitjor, però ara estaria sortint amb les meves amigues, aniria de festa i coneixeria a gent", d'altres reconeixen que "un futur laboral incert o les poques possibilitats de distreure’s” fan que la situació els atabali. Les vivències són diferents i totes vàlides. Cadascú troba consol en diferents aspectes. Tot té un final. Hi ha gent pitjor. La família. Amigues. Jesús. S'escriu en uns post-its i es penja a la sala, ara qui entri veurà aquest missatge d'esperança.
No hi pot haver una TNI sense acte reivindicatiu. Costa reivindicar a la distància, sense reunir-se, el ciberactivisme no és fàcil ni cosa de tots. Aquest grup escriu en un paper les coses que enyoren d'aquella vida tan llunyana, de la vida pre COVID-19. Dinars familiars, no haver-se de preocupar per la quantitat de persones, opcions d'oci pel jovent, petons i abraçades... Les paraules que omplen la llista formen part de la quotidianitat, almenys abans. Potser per això és encara més impactant. "Eren coses que donàvem per fet", diu una jove. Ara sembla que abans donéssim tot per fet. En aquesta primera part de l'acte, els joves tiren els seus papers mentre es posen una mascareta i gel. Canviant una cosa per l'altra. Una metàfora de la vida actual.
La segona part de la reivindicació està pensada per les xarxes. Tots els grups, siguin on siguin, graven un TikTok. Potser alguns no esteu molt familiaritzats amb aquesta aplicació de vídeos, però aquest últim any ha estat un èxit entre els joves. En aquest cas, era un vídeo informal on la iniciació de la JOC havia d'escollir entre dues opcions d’aquesta rutina que ha portat la pandèmia. Què preferiu la mascareta quirúrgica o la de tela? Segons l'opció has d'anar a l'esquerra o la dreta. Si prefereixes un gel hidroalcohòlic amb mal olor a l'esquerra, si prefereixes que sigui enganxós a l'esquerra. Tot acompanyat d'una música animada. El producte final, publicat dies després, crea un ambient distès i genera un sentiment de comunitat que les joves no recordaven.
Però encara faltava la millor part. La trobada engloba en el seu final un directe d'Instagram. Dues joves del Vallès, la Laia i la Clara, porten la batuta del show del dia, on totes les participants tenen veu. És el moment de reunió a temps real. Tothom ha fet les mateixes activitats a diferents indrets, però ara toca la posada en comú, la trobada en viu i en directe. Després d'una breu presentació de les federacions i alguns problemes tècnics, la federació de Zona Sud-El Pla llegeix el manifest que expressa, en definitiva, tot el que s'ha recollit durant la jornada. La incertesa, el desencant i la falta d'esperança amb els que conviuen cada dia. A més, expressa que les joves se senten com simple mà d'obra en aquesta societat, on més enllà de la perspectiva productiva no se'ls té en compte. Seguidament, l'Izan de 9 barris presenta la campanya que es treballarà els pròxims dos anys sobre els efectes que ha tingut la COVID-19 en el dia a dia de les joves treballadores. Encara que en alguns moments pot semblar que la trobada sigues monotemàtica, la realitat és que el context social també ho és. Si estan vivint això, què vols que expliquin? El directe acaba amb la federació de 9 barris, quasi al complet, cantant el famós himne. "Som molts més dels que et penses!". I tant que ho són. Durant tota aquesta estona al xat no deixaven d'aparèixer missatges de jocistes participant, bromejant, rient, fent caliu. L'ambient era joiós, la falta d'aquests moments es nota. Les joves presentadores s'acomiaden desitjant bon profit als espectadors, ja són prop de la una del migdia i hi ha gana. Toca anar dient adéu, i encara que normalment els comiats no agraden, aquest era feliç. Acomiadar-se vol dir haver-se retrobat abans, i això és motiu d'alegria.
8 de marzo de 2021: “Mujeres líderes por un futuro igualitario y de vida en
plenitud en el contexto de la pandemia Covid19”
Conmemoramos el Dia Internacional de la Mujer, en memoria al suceso
transcendental que marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el
mundo entero, el 08 de marzo de 1908. En esta fecha 129 mujeres
murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados
Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de
trabajo. El motivo: una reducción de la jornada laboral a 10
horas, un salario igual al de los hombres realizando las mismas actividades y
superar las malas condiciones de trabajo que padecían.
Desde nuestro caminar y nuestras propias miradas como Mujeres, militantes -
adscritas al MMTC, asumimos la dedicatoria del año 2021 a nivel Mundial con el
lema: “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”.
Nuestro aporte cotidiano en la construcción de relaciones de igualdad y del
disfrute del Bienestar Integral de nuestras familias, comunidades y pueblos,
sigue siendo subvalorado e invisibilizado aún, por una sociedad de consumo y
descarte.
Desde nuestras diversas realidades nacionales y continentales, la
experiencia de la Pandemia del COVID-19, nos ha permitido constatar y apreciar
el aporte de las MUJERES en la Economía familiar y comunitaria y en la atención
a la pandemia. Hemos aportado como técnicas y profesionales de la salud,
estando en primera fila y en servicios conexos. Como lideresas, guías
espirituales y promotoras de salud integral – familiar y comunitaria, aportamos
nuestros conocimientos y experiencias desde diversos campos: la Economía del
Cuidado, en el trabajo profesional, en el trabajo de nuestros huertos y granjas
familiares, reduciendo los fatales pronósticos que se vaticinaban ante nuestra
vulnerabilidad socio económica y política.
Reconocemos que la pandemia nos ha triplicado nuestra condición de trabajo:
además de ser madres y trabajadoras, hemos asumido el rol de ser maestras de
nuestros hijos/as en el cumplimiento de sus tareas de estudio, ante un sistema
educativo que se trasladó a nuestras casas con las plataformas virtuales. Esta
nueva condición ha implicado mas gastos a nuestra ya precaria economía
familiar: costos altos de internet a compañías privadas. Muchas mujeres madres
son analfabetas y/o con limitada escolaridad, lo que ha limitado el manejo de
la tecnología (tables, celulares y computadoras), condicionando todo ello a que
hayan tenido que retirar a sus hijos de las escuelas. En muchos de nuestros
países la política de confinamiento en nuestros hogares nos ha representado un
aumento de la violencia intrafamiliar y abusos a menores por sus propios
familiares.
Las mujeres seguimos luchando contra una sociedad de inequidades,
patriarcal y discriminativa. Sufrimos políticas de segregación,
criminalización de nuestras luchas y el femicidio a diario. Seguimos siendo
objeto de comercio sexual. El crimen organizado (carteles, paramilitares,
pandillas, coyotes…) inmerso en las mismas estructuras de nuestros Estados, ha
aprovechado la pandemia para innovar sus mecanismos de enriquecimiento ilícito,
con un crecimiento de la industria del secuestro, del tráfico de personas, de
drogas y armas.
A pesar y por encima de esta realidad, integradas a nuestros movimientos,
desde nuestro ser mujer apostamos a la constitución de un Mundo Nuevo,
fundamentado en una Economía social y solidaria, y del Cuidado de
nuestras familias y el de nuestra Madre tierra.
Promovemos relaciones intergeneracionales, de equidad y de nuevas prácticas
de masculinidades libres de violencia. Realizamos tareas de auditoria social e
incidencia social y política, a fin de que nuestros gobiernos locales,
regionales y nacionales, promuevan y garanticen el Desarrollo Humano Integral,
teniendo como referencia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS /
ONU).
Al conmemorar este nuevo aniversario internacional del día de la Mujer
2021, demandamos y nos comprometemos ante nuestros movimientos, iluminados y
animados por nuestros principios y valores cristianos y articulados
ecuménicamente con otros colectivos y movimientos, a velar por nuestra Casa
Grande, para el disfrute de una Vida Plena, expresada en la ternura, amor y
solidaridad. ABRAZOS FRATERNOS.
Mensaje redactado por el Consejo de Mujeres del Movimiento de
Trabajadores /as campesinos – San Marcos, Guatemala
Organizaciones de Iglesia denuncian el aumento de las brechas de género en el mercado laboralpor Comunicación ITD |
La Juventud Obrera Cristiana (JOC) y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, hacen un llamamiento a que la comunidad cristiana se comprometa a seguir construyendo una “igualdad real”.
La pandemia está teniendo un fuerte impacto en las mujeres, que incrementa las cifras de desempleo, los contratos a tiempo parcial o su presencia en la economía informal. Especialmente precarias son las condiciones de las mujeres jóvenes, que duplican los datos de parcialidad respecto a los hombres.
También se ha producido un auge de la trata con fines de explotación laboral, solo por detrás de la explotación sexual. “Mujeres traídas bajo promesas de un trabajo digno, cuando lo que les espera es una situación de esclavitud y amenazas continuas”, aseguran en el manifiesto con motivo del 8 de marzo, Juntas construyendo amistad social. Por ello, la HOAC y la JOC abogan por “el establecimiento de los controles e inspecciones oportunas en los lugares de trabajo para asegurar que se cumplan las leyes contra la trata de personas”.
Para estos movimientos de trabajadoras y de trabajadores cristianos, “la conciliación familiar sigue siendo un asunto pendiente”. Consideran que la fórmula del teletrabajo que se ha extendido con la crisis sanitaria, puede convertirse en “un arma de doble filo para las mujeres”, por el incremento en la carga de las tareas domésticas y de cuidados, así como por la pérdida en las relaciones laborales comunitarias.
Entienden que para que se extienda la corresponsabilidad, es necesario “promover una educación basada en valores de igualdad, respeto, solidaridad y complementariedad”. Además, apuestan por un profundo cambio del modelo económico y cultural que posibilite que todas las mujeres tengan derecho a un trabajo digno.
Abraham Canales, vía noticiasobreras.es
El Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa (MTCE) expresa su pleno apoyo a las iniciativas que se realizan con ocasión del día 3 de marzo, Día Internacional para el Domingo Libre de Trabajo. En este año 2020, el MTCE ofrece la siguiente reflexión.
En el mundo del trabajo estamos en una situación nueva que nos pide abrir nuevos caminos a la fraternidad, la solidaridad y la sensibilidad ante el sufrimiento y la injusticia para que sea posible el ser y el vivir de las personas. El modelo social en el que vivimos, configurado principalmente por la forma en que es concebido y tratado el trabajo humano, es un gran obstáculo para que la organización social y las relaciones e instituciones sociales favorezcan aquello a lo que siempre deberían servir: que las personas podamos realizar nuestro ser y podamos vivir de acuerdo a nuestra dignidad, que podamos realizar nuestra humanidad a imagen y semejanza de Dios. Esto es lo que está radicalmente en juego hoy y de cara al futuro: que las personas podamos realizar nuestro ser y vivir de acuerdo a nuestra dignidad, y es muy importante que nos hagamos realmente cargo de esta situación en la que nos coloca el modelo social que se ha configurado:
• Se ha roto la relación entre empleo y familia, en el sentido de que, cada vez más, la inestabilidad en el empleo desestructura y desestabiliza la familia. El empleo como sostén familiar es cada vez más débil.
• Se ha roto la relación entre empleo y tiempos de vida, entre empleo y un modelo estable de vida en el que los tiempos de vida laboral, familiar, personal, social…, estén relativamente delimitados y en los que el trabajador pueda compaginar los tiempos para el trabajo, la familia y el descanso y ejercer un cierto control sobre ellos. En el actual modelo la profunda flexibilidad y variabilidad del tiempo de empleo (incluido el de los desempleados que buscan empleo) se convierte en la práctica en disponibilidad permanente, en constante inestabilidad, en cambios continuos… que invaden y dificultan cada vez más los tiempos de vida familiar, personal, social…
No se trata solo de trabajar menos para trabajar todos. La reducción de la jornada de trabajo es condición imprescindible para hacer frente al enorme problema socioambiental: el descarte de personas y el maltrato a la casa común, al planeta, y para liberar un tiempo para recuperar fuerzas y consumir, y para permitir desarrollar otros tiempos necesarios para nuestro crecimiento humano: la familia, las relaciones con los demás, la cultura, el espíritu, el deporte, el compromiso político… Sin tiempo liberado para el trabajo conscientemente socializado, el trabajo dependiente, que con frecuencia es “trabajo inhumano, trabajo esclavo”1 seguirá siendo la principal fuente de alienación y empobrecimiento físico y cultural para cada vez más personas.
“La persona «no es solo trabajo»; hay otras necesidades humanas que necesitamos cultivar y atender, como la familia, los amigos y el descanso. Es importante, pues, recordar que cualquier tarea debe estar al servicio de la persona, y no la persona al servicio de esta, lo cual implica que debemos cuestionar las estructuras que dañan o explotan a personas, familias, sociedades o a nuestra madre tierra.”2
—
1 Papa Francisco. Visita pastoral a Cagliari, Italia. Encuentro con el mundo laboral. Discurso del 22 septiembre 2013.
2 Papa Francisco. Carta al cardenal Peter K. A. Turkson con motivo de la Conferencia Internacional «De Populorum progressio a Laudato si’». 23 de noviembre de 2017.
COMUNICAT 8 DE MARÇ DE 2021
PASTORAL OBRERA DE CATALUNYA
De nou aquest any, tenim motius per denunciar, reivindicar i celebrar el Dia de la Dona Treballadora. Dones de tot el món patim desigualtats en molts àmbits: laboral, socio-polític, eclesial... i la pandèmia ha fet més palès aquestes diferències davant els ulls del món. Vivim un canvi d’etapa, som en un món canviant, i les dones hi juguem un paper important.
LES DONES EN
EL MÓN DEL TREBALL
“Mi contrato
laboral es fijo discontinuo y en verano, cuando las escuelas ya no funcionan,
acaba mi contrato y me acojo al paro. Este año por culpa de la COVID y la mala
gestión de la administración hemos estado sin cobrar el paro tres meses. Ya
sabéis lo difícil que era contactar con el SEPE para que te asesoraran o te
informaran. En septiembre la empresa nos mandó a trabajar sin informarnos de
nada. Fuimos las trabajadoras las que nos tuvimos que espabilar con los pocos
materiales que nos dieron anti-COVID: una mascarilla para todo el año. Ahora
seguimos luchando y afrontando esta epidemia solas, sin ningún apoyo de nuestra
empresa”.
Les dones
hem patit i patim un risc major enfront la COVID-19. Algunes de les professions
que han estat fonamentals per la contenció d’aquesta crisi són majoritàriament
feminitzades i precaritzades.
També ha
tingut efectes directes en la distribució i gestió del temps invertit en el
treball domèstic i de les cures no remunerat: era del tot desigual i ara ho és
encara més. I s’hi ha sumat el tancament de les escoles i el confinament, de
manera que aquestes feines han recaigut més que mai en nosaltres, les dones.
Altrament,
continuem patint la precarietat de les contractacions parcials, la
temporalitat, la bretxa salarial en tots els sectors... Les dones seguim sent
les més exposades a la pobresa, sobretot si som mares soles amb fills i filles
menors a càrrec, migrades o dones grans amb pensions minses.
Totes
aquestes desigualtats de gènere, se sustenten en la societat capitalista i,
alhora, masclista i patriarcal i s’agreugen més durant els contextos de crisi,
en què les dones, com a població vulnerabilitzada i desprotegida socialment,
veiem minvats els nostres drets i empitjorades les nostres condicions de vida.
LES DONES EN
EL MÓN DE L’ESGLÉSIA
Algunes dones acompanyen Jesús
Després d’això, Jesús recorria viles i pobles
predicant i anunciant la bona nova del Regne de Déu. L’acompanyaven els Dotze i
algunes dones que havien estat curades d’esperits malignes i de malalties:
Maria, l’anomenada Magdalena, de la qual havien sortit set dimonis, Joana, la
muller de Cuses, administrador d’Herodes, Susanna i moltes altres, que els assistien
amb els seus béns.
Llc 8, 1-3
La societat
actual té una estructura patriarcal i l’Església, com a part de la societat,
també la té.
Hi ha una
invisibilització de les dones en l’estructura i organització eclesial, una
manca de reconeixement de la tasca de moltes dones que hem treballat silenciosament
i humil, dones que hem creat comunitat, que hem fet Església.
Les tasques,
compromisos i accions no són les mateixes. Per exemple, se’ns encarreguen les
feines de neteja, suport i acompanyament dins de l'Església. Hi som admeses per
“ajudar”, “col·laborar”, fer “voluntariat”, “cooperar”... però quasi mai per
ocupar llocs de responsabilitats importants on es prenen les decisions. Amb
agraïments, però no pas amb un reconeixement ni igualtat.
PER TOT
AIXÒ, AVUI ENS MOVEM I REIVINDIQUEM:
L’alliberament de la dona és també l’alliberament
de la societat;
I això serà possible amb una lluita
compartida de dones i homes.
Moviments i
col·lectius obrers cristians de Catalunya i Baleares: ACO, GOAC, JOC I MIJAC,
Capellans Obrers, Religioses/os en Barris Obrers i Populars i delegacions de
pastoral obrera de les diòcesis de Catalunya