dilluns, 25 de febrer del 2019

Actituds davant la nostra Església


 shutterstock_145132672-300x200.jpg










ACTITUDES ANTE LA IGLESIA

PEDRO ZABALA, pezabala@ono.com
LOGROÑO.

ECLESALIA, 25/02/19.- La célebre frase que Cervantes puso en boca de Sancho Panza “con la Iglesia hemos topado”, sirve muy bien para describir las diversas actitudes que se dan respecto a la Iglesia católica -mejor dicho, a su jerarquía- en nuestro país y... aun fuera de él. E incluso dentro de los mismos seguidores de Jesús en la actualidad.

Están los anticlericales. No hace mucho, se decía que los españoles se dividían en dos bandos: los que iban sumisamente detrás de los clérigos con un cirio encendido y los que se dirigían a su encuentro con garrotes para apalearlos. “Acabar como el rosario de la aurora” es un dicho popular, parece que nacido de los altercados que se producían en Valencia entre devotos marianos y blasquistas (grupo político inspirado en el novelista Blasco Ibáñez).
Hoy siguen existiendo anticlericales. Quizá no sigan usando el garrote. Aunque no faltan en todo el mundo templos incendiados y algunos sacerdotes asesinados por el hecho de serlo. Pero más bien, se usan medios de comunicación y redes sociales para atacarlos. Algunas veces con razón, (como en los abominables casos de pederastia, tanto por los hechos en sí, como por su encubrimiento). Y otras sin ella.

Están también los antirreligiosos. Su oposición es frontal, en muchos casos a cualquier religión, pero sobre todo a la católica. En nombre de la ciencia la acusan de oscurantismo. Y apelando a la autonomía del poder civil, ven en ella un contrapoder que intenta dominar a la sociedad. O viendo el fanatismo de algunos facciones religiosas, creen que es un factor de división, de violencias e incluso de guerras. Dentro de esa mentalidad, hay quienes -ateos fanáticos- no dudan en intentar proscribirlas, convirtiendo en delito la pertenencia a alguna de ellas. La mayoría, sin embargo, se contenta con reducirlas al ámbito de las conciencias, excluyendo su pretensión de incidir en el área pública.

Quizá se está extendiendo hoy mayoritariamente una tercera postura: el pasotismo de la indiferencia. Preocupados exclusivamente por su bienestar individual, no se plantean la cuestión de la trascendencia, ni la existencia de las religiones: las ven como algo totalmente lejano a su vida.

La pluralidad de posturas se da también dentro de las Iglesias. En la católica, a la que pertenezco y creo conocer un poco, se dan los integristas que defienden a capa y espada la rigidez doctrinal, normativa y litúrgica. En esta corriente, se encuentran los lefebrianos -si siguen siendo católicos- y los que dudan de la ortodoxia del pastor Francisco por sus gestos y su tímida apertura. No faltan en sus filas eminentes purpurados, nombrados por Juan Pablo II. Ponen el derecho canónico y el catecismo de la Iglesia por encima del Evangelio.
Luego estamos los cristianos de la periferia, recogedores del espíritu del Concilio Vaticano II, que intentamos seguir a Jesús y llevar a nuestras vidas y a la sociedad su Mensaje. Nos duele esta Iglesia de muros cerrados, aferrada al “fuera de la Iglesia no hay salvación”, a la división entre docentes y discentes, de clérigos sabios y legos ignorantes. Soñamos con una comunidad de hermanas y hermanos, superadora de la discriminación secular de la mujer, de una visión deformada de la sexualidad y de la alianza con el poder político. Creemos en una organización no piramidal, sino sinodal de comunidades erigidas de abajo arriba, con ministerios temporales, en función de los diversos carismas existentes en la misma y de sus necesidades.

Conseguir esta mudanza no es fácil, exigirá tiempo. ¿Lo tenemos? Una consigna recorre hoy la Iglesia: salir a las periferias. Algunos ya estábamos. Dentro de las filas de anticlericales y antirreligiosos hay muchos que antaño fueron miembros sumisos de esa jerarquía. Al convertirse en adultos se fueron. ¿Les atraerá hoy otra Iglesia, pobre y débil, que sólo ponga su esperanza en seguir a Jesús y que ofrezca sin imposiciones su mensaje radical de que los últimos son los preferidos del Señor?.

El diálogo respetuoso es el único camino válido. Primero, entre todos los que nos decimos seguidores de Jesús para restablecer la unidad perdida y acabar con el escándalo de nuestra secular división. La figura del sucesor de Pedro puede ser, en esa vía, un obstáculo si se empeña en imponer la uniformidad y el acatamiento, o un cauce de unión si sostiene la diversidad en la caridad.

Diálogo con las otras religiones, empezando por las otras monoteístas -Judaísmo e Islam- y con las demás para trabajar conjuntamente por la paz. Y diálogo con todas las personas de buena voluntad en defensa de los Derechos Humanos y de la Casa Común que habitamos.

¿No es la hora de la escucha y de aprender unos de otros?. ¿No debemos aportar la alegría de la esperanza y la tenacidad en el trabajo por todos los seres vivientes y de las futuras generaciones?  (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

dimecres, 13 de febrer del 2019

Una nota de perdó



Nota dels bisbes de Catalunya sobre la protecció dels menors


En les darreres setmanes, l’Església Catòlica a Catalunya s’ha vist sacsejada per algunes notícies referides a abusos de menors, que ens omplen de vergonya i de dolor, ja que alguns dels agressors eren persones consagrades o sacerdots.
Els abusos a menors, que condemnem rotundament, i la cultura que els fomenta o justifica és un greu problema que afecta tota la societat. I l’Església, com a part de la societat, també se’n veu afectada.
Demanem perdó a les víctimes  i ens solidaritzem amb el seu dolor; i també a totes les persones a qui el coneixement d’aquests fets ha escandalitzat i ha fet trontollar la seva confiança en l’Església.
Sofrim i preguem per les víctimes, que han quedat marcades en la seva vida. En solidaritat amb tots els qui hagin patit algun tipus d’abús i amb les seves famílies ens comprometem a col·laborar en l’aclariment dels fets del passat i a trobar la manera d’ajudar les víctimes en el seu restabliment.
L’Església actuarà amb determinació per protegir els infants i els adults vulnerables, eliminant tot tipus de tolerància o encobriment, i per eradicar de les nostres comunitats i de tota la nostra societat la cultura de l’abús sexual, econòmic, de poder i de consciència. Així mateix, prenem el compromís d’adoptar rigoroses mesures de prevenció, que impedeixin la seva repetició, a partir de la formació d’aquells a qui els seran confiades tasques de responsabilitat i educatives.
Creiem que és just valorar la dedicació generosa i madura de tants sacerdots i religiosos, d’educadors en les escoles i el temps lliure, envers els infants i joves, i les seves famílies, i convé que els defensem de l’ombra de sospites generalitzades, així com volem recordar el dret que tota persona té a la presumpció d’innocència. Molt de treball ben fet així ho avala.
En aquests moments, reiterem el nostre ferm compromís amb el compliment de la legislació vigent canònica i civil, i que passa per: posar en coneixement del Ministeri Fiscal els fets ocorreguts que poguessin constituir delicte contra la llibertat i indemnitat sexual, per a la valoració jurídica que correspongui; instar les víctimes que denunciïn els fets davant les autoritats civils; i informar la Congregació per a la Doctrina de la Fe per a qualsevol cas d’abús  fonamentat. I estem atents al que el Papa Francesc reunit pròximament amb els Presidents de les Conferències episcopals del món determini per combatre aquestes accions deshonestes i delictives que tant afecten l’anunci de l’Evangeli.
Demanem que a totes les celebracions religioses de les nostres diòcesis, el proper dimecres de cendra, dia 6 de març,  en començar la Quaresma, que és temps de conversió, es pregui i es dejuni d’una manera especial per les víctimes dels abusos i fem nostra la ferma determinació del papa Francesc que assenyala que «l’abús sexual és un pecat horrible, completament oposat i en contradicció amb el que Crist i l’Església ens ensenyen» (21-9-17)

Barcelona, 12 de febrer de 2019

Armilles Grocs a França


Una vaga que va fer història


Trobada Nacional d'Iniciació de la JOC 2019

Respostes de les persones en precarietat


dijous, 7 de febrer del 2019

Ufff...



 Resultat d'imatges de Prisa



El ritmo que llevamos me produce vértigo. Especialmente alarmante, y todo un síntoma cultural de la anticultura en que vivimos, es el estrés de las madres y de los padres jóvenes con hijos: la hipoteca, la cocina, la limpieza, la compra, el ambulatorio, la consulta, la guardería, el colegio, los extraescolares hasta las tantas, averías sin fin, facturas y más facturas. Llega el fin de semana, deporte escolar: levántate, llévalo, tráelo. Hoy os toca con el padre, hoy os toca con la madre, haz y deshaz la mochila, carga, vete, alguien llora a solas cada vez. Es para volverse locos. Son unos héroes, o unos santos. ¿Cómo que santos? ¿No llaman el Concilio Vaticano II y el Derecho Canónico “estado de perfección” a la vida del convento?
Pero sigamos. Sin tiempo de respirar, llega la noche del domingo, y hay tanto que limpiar y preparar para mañana. Ya es lunes. Quien tiene la suerte de tener empleo corre, con el cuerpo cansado, el alma desganada. Trabaja ocho horas, con cien mil cosas en la cabeza, y sin saber si mañana podrá trabajar, todo ello por 1.000 € al mes, 1.600 sería una fortuna. ¿Pero sabes a cuánto equivaldría hoy, según el poder adquisitivo, el salario más humilde de los años 60 y 70? Equivaldría a 2.800 €. Sic. Pásmate. Yo tampoco me lo podía creer, pero lo ha demostrado Roberto Velasco, catedrático de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad del País Vasco.
¿A dónde habrá ido a parar la diferencia entre los 1.000 € que ganan muchos y los 2.800 que deberían ganar? No creo que todo se lo hayan llevado las empresas chinas e indias, cuyos productos tumban nuestros precios y, por lo tanto, nuestros salarios. Algo tendrá que ver el que las 26 personas más ricas del mundo posean tanta riqueza como los 3.800 millones de personas más pobres del planeta: lo ha denunciado OXFAM en el informe “Bienestar público o beneficio privado”, elaborado con ocasión de la última edición del Foro Económico Mundial que cada año reúne en Davos (Suiza) a los poderosos de la Tierra, esa “gente muy seria –ha dicho alguien– que se junta para discutir sobre cómo no hacer nada con la desigualdad”. Es la raíz estructural del mal.
¡Pobres hombres!, lo digo por todos: por la especie humana de esta bendita Tierra, por las 3.800 millones personas más pobres que malviven en ella, por todos nosotros, y también por las 26 personas más ricas del planeta, pues no puedo creer que sean felices siendo tan inconscientes en su burbuja. Somos la única especie que ha decidido sacrificar el bienestar común por el beneficio privado. ¡Pobre humanidad!
¿Qué nos ha traído hasta aquí? Es la codicia de querer tener cada vez más, sobre todo más que el vecino. La codicia viene a su vez del miedo, el miedo a perder, sobre todo a tener menos que el vecino. Gran error, pura inconsciencia. La codicia nos lleva a competir con todos, hasta con nosotros mismos, para desgracia de todos. Si no le devoro, me devorará. Competir es la ley global sin regla. Es el medio y el fin. Ir más rápido que el otro, ganar la carrera. Ganar. ¿Es la ley de la vida? Es la ley de la muerte.
Esta competitividad, fruto y llave de la codicia, es la que ha acelerado la economía, la historia, la vida de nuestros jóvenes padres, nuestra vida. La era de los cazadores-recolectores tardó o, mejor, se tomó 290.000 para inventar la agricultura. La agricultura se tomó solo 12.000 años para pasar a la industria, inventando la máquina de vapor en 1769. Pero en apenas 250 años, la industria ya va por su cuarta revolución, y nadie sabe a dónde nos conduce, si a lo mejor o a lo peor. Una cosa es cierta: vamos cada vez más rápido. Huimos adelante. Cuantas más máquinas inteligentes fabricamos, menos descansamos. Si seguimos acelerando, nos estrellaremos.
¿Cómo podremos acompasar el ritmo, corregir el rumbo? Está claro: debemos parar, respirar a fondo, hacernos presentes, escuchar el silencio, sentir el jadeo, mirar al herido. Dejar de huir adelante, recuperar la calma, ser lo que somos, vivir en paz. Permitidme decirlo con una palabra: espiritualidad. Con o sin religión, pero espiritualidad.
¿Y las religiones? Las religiones nacieron del soplo vital libre que alienta cuanto es. Nacieron para infundirlo, y tomaron forma. Pero cuando se aferran a la forma –a la letra, al dogma, al rito, al poder, a la cosmovisión de otro tiempo, a su propia necesidad de supervivencia–, la forma las ahoga. Buscan seguridad en el pasado, desertando el presente con su cultura, sus preguntas, sus gozos y dramas. Se vuelven incapaces de infundir aliento. Las religiones huyen atrás, y la gente huye de ellas. Les queda una de dos: liberarse o morir (o convertirse en gueto, que equivale a morir). Solo si aceptan liberarse de su forma pasada podrán todavía vivir e infundir aliento a una humanidad y un planeta sofocados por la prisa. Pero me pregunto si las religiones no son, también ellas, víctimas de la prisa, de la ambición de ganar, del empeño letal por defender su posesión del bien y de la verdad, de sus intereses privados frente al bienestar común.
                                                  (Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo NOTICIAS el 03 de Febrero de 2019)

diumenge, 3 de febrer del 2019

ELS DILLUNS DELS DRETS HUMANS: CAP A UN 8 DE MARÇ DINS L’ESGLÉSIA

 
Fa un any el 8 de març va suposar un punt d’inflexió en la lluita feminista a casa nostra. Aquesta revolució que s’està donant a la societat està costant més que penetri també a l’Església. Són moltes les qüestions obertes que l’Església hauria d’afrontar si no vol quedar al marge dels processos socials i polítics clau que s’estan donant en la nostra societat en aquest camp. De quina manera avançar cap a una igualtat efectiva també dins l’Església?
Ponents:
  • Viqui Molins. Religiosa teresiana, activista i impulsora d’iniciatives socials.
  • Neus Forcano, filòloga, professora de Llengua i Literatura i membre de l’Associació Europea de Dones per a la Recerca Teològica (ESWTR)
Modera:
  • Montse Santolino, periodista i responsable de comunicació de Lafede.cat
Dilluns 4 de febrer, 19h
Sala d'actes de Cristianisme i Justícia - Roger de Llúria, 13

La precarietat laboral a les dones

 

Más precariedad y desigualdad laboral para las mujeres

La última EPA demuestra que las mujeres tienen peor calidad en el empleo y en el desempleo.

Tras la publicación de los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondientes al cuarto trimestre de 2018, la Unión General de Trabajadores denuncia que la desigualdad y la brecha de género no solo se mantienen en nuestro mercado de trabajo, sino que, en algunos casos, incluso incrementan.
Según la estadística, el desempleo ha aumentado en 13.800 mujeres en este trimestre y la tasa de paro femenina sube hasta el 16,26%, cuatro centésimas más respecto al trimestre anterior.
Además, la brecha de género en el desempleo se mantiene en 3,39 puntos porcentuales, con 156.100 mujeres más que hombres en el desempleo y habiéndose reducido el número de hombres en paro en mayor medida, lo que significa que el desempleo masculino se reduce mucho más rápido que el femenino. Para UGT, la inestabilidad laboral sigue castigando más a las mujeres que a los hombres.
Por sectores, destaca el incremento del paro femenino en la industria un 10,86%, justo lo contrario que ocurre con el masculino, que se ha reducido en este sector un 7,12%. Para UGT, esto puede significar una sustitución de empleo femenino por empleo masculino en este sector, lo que resulta alarmante dado que es precisamente el sector industrial el que tiene la tasa de paro más baja para ambos sexos.
Además, en el sector servicios, el empleo masculino se ha reducido con mayor intensidad que el femenino, por lo que, incluso en sectores altamente feminizados, los hombres salen del desempleo con mayor facilidad que las mujeres.
En relación al paro de larga duración, se reduce de forma significativa para ambos sexos, pero con mayor intensidad entre los hombres, algo que para UGT es totalmente paradójico, ya que los hombres son menos representativos en este desempleo de larga duración que las mujeres.
Con las cifras en la mano, queda demostrado que las mujeres tienen más difícil su acceso al empleo que los hombres y tienen peores trabajos (y menos remunerados). Aunque algunos lo pretendan ignorar, la brecha de género persiste tanto en el empleo como en el desempleo, con importantes desigualdades en las prestaciones y subsidios por desempleo.
Por todo ello, UGT refuerza su compromiso con la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres y reclama políticas activas inclusivas para este colectivo. Es preciso aplicar un enfoque de género a todas las políticas, que permita combatir la desigualdad persistente con medidas hacia un empleo de calidad con derechos y mejora en la protección social para las mujeres. Solo así conseguiremos avanzar hacia una sociedad más igualitaria, justa y democrática.

Fuente: nuevatribuna.es