diumenge, 19 d’agost del 2012
dissabte, 11 d’agost del 2012
Una carta sobre el humanisme cristià
Carta al ministro del Interior sobre los
sucesos de Écija
09.08.1
Mi querido señor ministro: Acabo de oír por radio sus declaraciones a propósito de los sucesos en el supermercado de Écija. Reconoce Ud. que hay mucha gente que lo está pasando mal, pero arguye con el clásico axioma moral: el fin no justifica los medios.Como el ideario de su partido apela a “los principios del humanismo cristiano”, me permito recordarle que según esos principios no hubo en aquella acción ningún uso de medios moralmente ilegítimos (en su legalidad no entro ahora) Los principios del humanismo cristiano proclaman que “en casos de extrema necesidad todas las cosas son comunes” (in extrema necessitate omnia sunt communia). Porque “la distribución y apropiación de las cosas que procede del derecho humano no puede impedir que estas cosas remedien las necesidades de los hombres. Por eso todo lo que uno tiene de más lo debe a los pobres para su sustento. Y si la necesidad de alguien es tan grave y tan urgente que hay que remediarla con lo primero que se tenga a mano…, entonces cualquiera puede remediar su necesidad con los bienes de los demás, tanto si los quita de modo público como secreto; y esta acción no reviste carácter de robo ni de hurto”.
Mi querido señor ministro: Acabo de oír por radio sus declaraciones a propósito de los sucesos en el supermercado de Écija. Reconoce Ud. que hay mucha gente que lo está pasando mal, pero arguye con el clásico axioma moral: el fin no justifica los medios.Como el ideario de su partido apela a “los principios del humanismo cristiano”, me permito recordarle que según esos principios no hubo en aquella acción ningún uso de medios moralmente ilegítimos (en su legalidad no entro ahora) Los principios del humanismo cristiano proclaman que “en casos de extrema necesidad todas las cosas son comunes” (in extrema necessitate omnia sunt communia). Porque “la distribución y apropiación de las cosas que procede del derecho humano no puede impedir que estas cosas remedien las necesidades de los hombres. Por eso todo lo que uno tiene de más lo debe a los pobres para su sustento. Y si la necesidad de alguien es tan grave y tan urgente que hay que remediarla con lo primero que se tenga a mano…, entonces cualquiera puede remediar su necesidad con los bienes de los demás, tanto si los quita de modo público como secreto; y esta acción no reviste carácter de robo ni de hurto”.
Estas
palabras no son del alcalde de Marinaleda ni del innombrable Carlos Marx. Son
deSanto Tomás de Aquino, uno de los pilares de ese humanismo cristiano
al que Uds. dicen seguir. Y puede verlas en la Summa Theologica (2ª 2ªe,
cuestión 76).
A
ellas añadirá el cardenal Cayetano, gran comentador de Tomás, que
un juez puede distribuir entre los necesitados el dinero sobrante de los ricos.
Me pregunto, pues, si no están Uds. en el atolladero de aplicar la ley contra
unos principios que dicen regular el ideario de su partido, quedando como embusteros
ante la ciudadanía.
Entiendo
además que si Ud. esgrime ese principio de que el fin no justifica los medios,
se volverá inmediatamente contra toda la política de este gobierno: para
un fin de suyo legítimo y necesario como es rebajar nuestra deuda, ha recurrido
el gobierno a medios inmorales (temo que quizás también anticonstitucionales) como
son privar a mucha gente de derechos constitucionales, de los ingresos mínimos
indispensables, abocarlos al hambre, a la desesperación, a la falta de asistencia
médica indispensable, a tener que recurrir a unas Caritas ya desbordadas y a
quedarse sin vivienda después de un enorme esfuerzo y encima con una deuda
impagable para la que ni siquiera vale el principio lógico de la dación por
pago.
La
mayoría de los medios que han aplicado Uds. para saldar la deuda española son
inmorales y no se justifican por ese fin tan legítimo.
Hace
poco habló el presidente del Gobierno de posibles nuevos recortes en esa misma
dirección, para reunir 65.000 millones de euros imprescindibles. Su gobierno
debe saber que, en España, hay 16 personas que poseen ellas solitas
unas fortunas cercanas a los 60.000 millones. Sólo 16 personas entre más de
cuarenta millones de españoles. No creo pues que, a la luz del humanismo
cristiano, pueda caber duda de cuáles hubieran sido los medios legítimos.
Porque,
por otro lado, se repite ahora que todo el dinero que nos va a prestar
draconianamente la UE es “para tapar los agujeros de los Bancos”. Ya habíamos
oído mil veces que el problema de nuestra deuda era sobre todo de carácter
privado y no público; y ahora lo vemos confirmado al saber dónde van a ir esos
primeros 30.000 millones que esperamos recibir el mes que viene. Los
Bancos y sus agujeros han sido efectivamente los primeros causantes de nuestro
desastre actual (sin negar ahora otros factores exteriores a España).
Y
lo fueron porque, para un fin de legitimidad muy discutible (como era el
enriquecerse más y más) pusieron en juego medios absolutamente
ilegítimos, otorgando préstamos que sabían que no podían ser devueltos pero
de los que esperaban resarcirse con expropiaciones forzosas mucho más pingües
de lo que se expropió en el supermercado de Écija.
¿Sabe
Ud. cuántas viviendas inútiles son hoy propiedad de los Bancos? Un ministro del
interior debe conocer ese detalle. Como sabrá también que a bastantes gentes
ancianas y no muy letradas que tenían en Bankia unos ahorros
de seis mil o diez mil euros que constituían toda su fortuna, se las engañó
haciéndoles firmar un papel que “iba a ser su solución”, y se les convirtieron
los depósitos en acciones, robusteciendo al Banco y debilitándolas a ellas al
impedirles disponer de su dinero ahora que lo necesitan.
Si
Ud. está decidido a no permitir que para fines en sí legítimos se usen medios
ilegítimos, no dudo de que, antes que al alcalde de Marinaleda y su
grupo, llevará Ud. a los tribunales a una serie de banqueros de cuyo
nombre prefiero no acordarme para esperar a que los investigue la justicia.
O
mejor: déjeme decirle que dudo mucho de que Ud. se atreva a hacer eso
que sería tan justo: porque son esos Bancos quienes financian buena parte
de sus campañas electorales que, tal como están, son otro medio ilegítimo que
no queda justificado por el fin de ganar unas elecciones. Y, por supuesto, esto
último no vale sólo para su partido sino también para otros del Estado.
Puedo
equivocarme como todo ser humano. Pero siempre he tenido la impresión de que,
en su partido, suelen argumentar apelando a grandes principios universales
indiscutibles, pero que no se aplican al caso concreto que se discute. Y que
además suelen exigir a los demás lo que no se exigen a Uds. mismos.
Debo confesar que las declaraciones suyas que acabo de oír por radio, me
confirman una vez más en esa impresión.
Gracias
por haberme leído. Quedo de Ud. atentísimo
José Ignacio González Faus
diumenge, 5 d’agost del 2012
Els bisbes de les Esglésies de Catalunya parlen sobre la crisi econòmica
NOTA DE LA CET (Conferència Episcopal Tarraconense) SOBRE LA CRISI ECONÒMICA
Gabinet d'Informació de l'Església a Catalunya
30/07/2012
A la carta pastoral Al servei del nostre poble, que els bisbes de Catalunya publicàrem al gener de l'any 2011, advertíem que la crisi econòmica tan greu que patíem ja en aquell moment era un dels reptes més importants que la nostra societat havia d'afrontar.
Lamentablement, un any i mig més tard de la publicació d'aquell escrit, aquesta crisi global, lluny de minvar, ha anat prenent unes dimensions extraordinàries que afecten la majoria dels sectors econòmics. Són moltes persones i famílies, treballadors, petits i mitjans empresaris, autònoms i funcionaris els qui pateixen unes greus afectacions que les mesures econòmiques recents han fet més dramàtiques.
Així mateix, la crisi ha provocat que alguns àmbits tan fonamentals com l'atenció sanitària, l'educació o els serveis socials s'hagin vist afectats per uns ajustaments que, en força casos, perjudiquen moltes de les persones que en són usuàries.
Catalunya, a més, té una situació econòmica i un sistema de finançament que fan molt difícil la reactivació del país, malgrat els grans sacrificis que la població es veu obligada a fer, especialment les persones que han quedat sense treball, els joves i aquells que disposen de rendes mínimes. Moltes són les veus que clamen contra aquesta situació i, darrerament, s’han fet sentir en nombroses manifestacions, on s’ha fet palès el desencís envers l’acció política i financera, el rebuig davant la dubtosa moralitat d’algunes persones i institucions, i un angoixant pessimisme sobre el possible redreçament de la situació.
Durant els darrers mesos, l'acció social de l'Església a casa nostra, realitzada per Càritas, Parròquies, institucions dependents de les Congregacions Religioses i dels diversos Moviments i Associacions catòliques, no solament s'ha mantingut, sinó que s'ha incrementat, tant pel que fa a l'atenció material i espiritual als qui es troben en situació de pobresa, com en la resolució de problemes més urgents, com ara l'atenció als afectats pels desnonaments o l'atur juvenil.
Com a Bisbes de les Diòcesis amb seu a Catalunya, volem agrair el treball que fan totes aquestes institucions d'Església en col•laboració amb altres institucions i amb les Administracions i, especialment, la tasca dels nombrosíssims voluntaris, així com també l'esforç de tantes persones i famílies que amb la seva contribució econòmica fan que es pugui dur a terme.
Així mateix, l'acció social de l'Església Catòlica no queda relegada a l'interior de les fronteres de les nostres Diòcesis ja que, malgrat la crisi econòmica que patim, continuem atenent i finançant solidàriament un gran nombre de projectes al Tercer Món –que ha de suportar una crisi endèmica més intensa–, al capdavant dels quals s'hi troben molts missioners preveres, religioses i religiosos, laiques i laics catòlics.
Benet XVI ha dit recentment: "No és deure de l'Església definir les vies per afrontar la crisi actual. No obstant això, els cristians tenen el deure de denunciar els mals, de testimoniar i mantenir vius els valors en què es fonamenta la dignitat de la persona i de promoure aquelles formes de solidaritat que afavoreixen el bé comú, perquè la humanitat esdevingui la família de Déu" (Discurs a la Fundació Centesimus Annus, 17.10.2011). Per això, cal amarar de compromís ètic el món de l'economia i les finances, perquè la dignitat de la persona humana sigui defensada i promoguda sempre, i perquè s’eviti tota especulació que acaba provocant un veritable desastre social. També cal combatre decididament els brots de corrupció en l’àmbit de les institucions i administracions. I en concret, cal que sigui una prioritat de tota la nostra societat la preocupació pel gran nombre d’aturats, per tantes famílies que viuen l’angoixa d’una possible pèrdua del treball, l’interès pels joves que s'han de poder incorporar per primer cop al món laboral, així com també el compromís pel manteniment dels llocs de treball, vetllant sempre perquè tinguin condicions dignes.
Cal analitzar els errors comesos aquests darrers anys, per no tornar a caure-hi més, i reconèixer que potser tots hem intentat viure per damunt de les pròpies possibilitats. S’hauria de poder demanar responsabilitats, especialment, a aquells que han provocat desordres financers i especulació. La societat, si vol ser justa, ha de posar les mesures necessàries per tal que els capitals prenguin també responsabilitats en ordre al bé comú i al just repartiment dels beneficis.
A la carta Al servei del nostre poble, dèiem: “És hora, també, de mirar endavant i de treballar més esforçadament pensant en les generacions futures. Els bisbes fem una crida a tots els agents socials -autoritats, empresaris, dirigents, treballadors- a no decaure en l’esforç, malgrat la duresa de les circumstàncies, i a treballar amb esperança, fent-ho d'acord amb els grans valors humans i cristians” (4,f).
Com a pastors de l'Església Catòlica, no podem deixar de dir a tothom que, en el fons d’aquesta actual crisi econòmica i financera, hi ha una crisi de valors i de fe. Quan l’home abandona Déu, es perd a si mateix. Quan les persones volen construir una societat sense Déu, acaben deshumanitzant-se, perquè obliden la gran pregunta de Déu a Caín, que travessa la història humana: “Què n’has fet del teu germà?” (Gn 4,9).
En aquests moments d’incertesa i de dificultats, estem convençuts de la capacitat del nostre poble per afrontar i superar els reptes que la crisi econòmica planteja. Així com en altres moments històrics difícils, el nostre país ha sabut redreçar-se amb nova fortalesa, també ara podrem anar endavant si mantenim la confiança en nosaltres mateixos, si enfortim la nostra tradicional laboriositat i esperit de sacrifici, si els dirigents saben conduir-nos posant com a prioritari el bé comú, i si tots ens ajudem i cerquem la veritable solidaritat entre els pobles d'Europa i del món, il•luminats per l’Evangeli que sempre ens crida a la conversió.
Volem col•laborar a mantenir l’esperança, i la demanem a Déu. Junts i amb l’esforç de tots, amb la voluntat d’acord i de col•laboració dels Partits polítics, dels Sindicats i de les Patronals, podrem superar aquesta crisi tan dura. Ens cal retornar als valors autèntics, als que no es marceixen, i a un estil de vida personal i familiar, institucional i eclesial, auster, generós i responsable, sense deixar la solidaritat envers els qui tenen menys o han de suportar més càrregues. Solament una fe que es tradueix en caritat envers el proïsme esdevé creïble i convincent.
Certament, creiem que Càritas –que és la institució eclesial de la caritat- encerta decisivament quan proposa: Viu senzillament, perquè d’altres, senzillament, puguin viure. Per això humilment fem una crida perquè tots ens orientem vers una manera de viure i d’actuar més modesta i senzilla, que no estigui per sobre de les nostres possibilitats. Així mateix, reclamem que tots fem un esforç d’ajudar i de compartir solidàriament amb els més febles de la societat, com ja estan duent a terme, exemplarment, molts cristians i moltes altres persones de bona voluntat. I finalment invitem a valorar i aplicar els principis fonamentals de la Doctrina Social de l'Església, ja que proposen orientacions vàlides per a la construcció d’una societat justa, lliure i solidària, especialment si els oferim en diàleg amb tots aquells que es preocupen seriosament per la persona humana i el seu món.
Salardú, 27 de juliol de 2012
Subscriure's a:
Missatges (Atom)