Me llamo Jorge Pérez tengo 49 años , de los cuales más de 20 los he pasado como trabajador de una multinacional del automóvil con miles de empleados donde la movilidad es una rutina. Cada x meses nos suelen mover de departamento de trabajo y gracias a este sistema llego a conocer a tantos y tantos compañeros cada uno con sus historias, sueños, tristezas y alegrías a sus espaldas. Precisamente por ese entorno tan propicio , por convicción y por fe soy de los "raros" que dan testimonio de JESÚS en el mundo obrero. Por principios y responsabilidad soy afiliado al sindicato pero mi testimonio lo hago a pié de máquina, en cadena, en los muelles de carga y descarga, en el comedor, en las máquinas de café. Es en este entorno donde empieza mi pastoral obrera, donde descubro que en el mundo obrero, que es al que yo pertenezco y conozco, hay hambres de muchas clases pero la más grave es el hambre de DIOS. Muchos de mis compañeros, la mayoría viven alejados de ÉL, solo unos pocos tienen fe pero una fe infantil transmitida en su niñez y que no han profundizado en el verdadero seguimiento y AMOR de CRISTO. Es ahí donde intento ser la sal de la tierra y la luz del mundo, como JESÚS nos pidió, dando acompañamiento, apoyo y donación, aún a sabiendas de que muchos al principio se burlen y no lo entiendan. Entonces me acuerdo de JESÚS de como los fariseos y escribas le reprochaban su conducta de comer y mezclarse con pecadores, publicanos… ÉL decía traer el encargo de DIOS de buscar y ocuparse de los enfermos. La enfermedad más grave de hoy en día es: El alejamiento de DIOS .
Cuándo me propusieron hacer este testimonio estaba atravesando un mal
momento , un amigo de la infancia acababa morir , lo más triste fue enterarme
que se había suicidado , me di cuenta que no reconoció a CRISTO cuándo se cruzó
en su vida ,sentí un inmenso dolor y tristeza.
Tarde o temprano y a cada uno de
nosotros CRISTO se cruza en nuestros caminos y cuándo te encuentras cara a cara
con ÉL y tienes la oportunidad de abrirle el corazón y Él entra, "TE ENAMORAS" y es tan
grande ese Amor que no lo puedes contener y necesitas sacarlo y contarlo al
mundo, y compartir esa dicha con tu familia, amigos, compañeros en el
trabajo…. porque la sensación de estar tan cerca de JESÚS te libera, te
humaniza y te ensancha el corazón, te capacita para amar, por eso doy
testimonio; "para vendar los corazones rotos, pregonar a los cautivos la
liberación y a los reclusos la libertad….". Si doy testimonio de mi fe es
sin lugar a dudas por el AMOR DE DIOS.
Como dijo en un poema Rosalía de Castro, cuando hablamos del Amor de Dios; "No se puede acabar lo que es eterno … ni poner fin a la
inmensidad."
PAZ HERMANOS
JORGE
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