XXX Jornadas Generales de la Pastoral del Trabajo en Ávila 23-24 noviembre de 2024
Smerilli: “El trabajo es expresión de nuestra
dignidad, pero también es compromiso, esfuerzo, capacidad de colaborar”
“El trabajo es expresión de nuestra dignidad, pero también es compromiso, esfuerzo, capacidad de colaborar con los demás, porque siempre es ‘con’ o ‘para’ alguien”
“La tecnología hizo que prescindamos de muchos cuerpos en
las relaciones productivas”, convirtiéndolo en mercancías
23.11.2024 Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América
Latina y Caribe
El gran tema es el trabajo. Las palabras del Papa Francisco son fuente de inspiración para las XXX Jornadas Generales de Pastoral del Trabajo, que tienen lugar en Ávila el 23 y 24 de noviembre de 2024, conmemorando los 30 años de la aprobación del documento “La Pastoral Obrera de toda la Iglesia”, un texto que ha sido marco básico de la Iglesia española en torno al tema del trabajo.
La cuestión del
trabajo en España
El obispo de Ávila, Mons. Jesús Rico, cuestionaba si la riqueza de ese documento se ha asumido en la vida de la Iglesia española y los cambios producidos en la cuestión del trabajo, reflexionando sobre la fuerte transformación que se ha dado con relación al mundo obrero, sobre el avance de una espiritualidad intimista separada de la vida y de la auténtica espiritualidad evangélica, así como el avance de la tecnología y la nueva comprensión del trabajo y de lo humano que eso conlleva.
El empeño en la evangelización del trabajo forma parte de la labor de la Pastoral del Trabajo, destacó el obispo de Osma-Soria y responsable de la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Abilio Martínez, que hizo un análisis del documento “La Pastoral Obrera de toda la Iglesia”, desde diferentes miradas, así como de la realidad actual, subrayando el aumento de la siniestralidad y la precariedad laborales, que afecta sobre todo a los migrantes. De cara al futuro llamó, en la línea del Papa Francisco, a la humanización del trabajo que se concrete en diversas realidades y tomas de postura.
Evolución de la
Pastoral Obrera
“La Pastoral del Trabajo en la Pastoral General de la Iglesia” ha sido el tema de reflexión presentado por la secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Alessandra Smerilli. La salesiana respondió a la pregunta sobre el por qué preocuparse por el trabajo, analizando la evolución de la Pastoral Obrera a lo largo de los años, identificando los retos actuales y algunas propuestas para el futuro, aunque las respuestas tengan que nacer de cada contexto.
Pasa Smerilli, el trabajo es “un medio de vida, pero también es mucho más. A través del trabajo decimos al mundo quiénes somos, qué sabemos hacer: no conocemos realmente a una persona hasta que la vemos trabajar. El trabajo es expresión de nuestra dignidad, pero también es compromiso, esfuerzo, capacidad de colaborar con los demás, porque siempre es ‘con’ o ‘para’ alguien. Y, por tanto, nunca es un acto solitario. El trabajo es cooperación, es relación, es el lugar donde nos hacemos adultos de verdad, es nuestra contribución por hacer el mundo más bello”.
El trabajo una
actividad espiritual
Para la religiosa, el trabajo “es siempre una actividad espiritual, porque antes y detrás de cualquier actividad laboral –desde una conferencia universitaria hasta la limpieza de un cuarto de baño– hay un acto intencional de libertad, que es lo que marca la diferencia entre un trabajo bien hecho y un trabajo mal hecho”. Junto con ello, “el trabajo es satisfacer la vocación de las personas, que está en nosotros mismos”, afirmando que la encarnación fundamenta la preocupación de la Iglesia por el trabajo, pues “el trabajo es una de estas experiencias decisivas de la vida de Jesús en Nazaret”, analizando el concepto de trabajo en la Biblia y en el Magisterio de la Iglesia. En el actual pontífice, destacó la conexión entre trabajo y cuidado de la creación en Laudato si ‘.
Sobre el camino recorrido por la Pastoral del Trabajo, la religiosa enfatizó el paso de una lógica reivindicativa a un método de acompañamiento, “acompañar a los empresarios y a los trabajadores para que se consideren parte de una comunidad y de un proyecto”, pasar de los temas individuales a las interconexiones, tocar la vida de las personas, las condiciones vitales en las que se encuentran el hombre y la mujer que trabajan, dado que “el trabajo no es sólo para ganarse la vida, sino que imagina y construye un mundo renovado, atento a la centralidad de la persona”, como aparece en Fratelli tutti, contribuye a la maduración personal.
El trabajo y el
cuidado
Desde ahí abordó algunos obstáculos, el paradigma tecnocrático y los límites de la meritocracia, y propuestas. La religiosa insistió en la necesidad de comprender que el trabajo no debe entenderse únicamente como tener un empleo o ‘hacer cosas’, sino que todas las formas de trabajo tienen que ver con las relaciones con los otros, con la creación y con las generaciones futuras. Desde ahí destacó el cuidado, los gestos de atención, algo que no goza de consideración social, demandando el “llevar la dimensión de los cuidados al ámbito público”, como camino para dar un vuelco al mundo del trabajo. Es necesario salir de la lógica del lucro y del bienestar que impone el paradigma tecnocrático, y elegir, como dice el Papa Francisco, la fraternidad frente al individualismo, escuchar la voz de los marginados de la sociedad, para llevarlos al centro del proceso de cambio.
El camino es centrarse en los trabajadores descartados, dado que una sociedad no puede progresar descartando, que “un bien no puede ser bueno para mí si no lo es también para el otro”. Desde ahí concluyó mostrando el deseo de, como Iglesia, “seguir denunciando, vislumbrando nuevas perspectivas, acompañando procesos”.
Entender el valor del
trabajo organizado
Reflexionando sobre el convenio colectivo de trabajo y los tribunales laborales como claves para entender el valor del trabajo organizado, para saber que de eso dependen las garantías de los trabajadores, inició su reflexión la secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, Emilce Cuda, que junto con Smerilli, representan la nueva Iglesia del actual pontífice, que coloca mujeres capacitadas en puestos de decisión en la Curia Romana. Una falta de derechos que sufren el 62 por ciento de los trabajadores en el mundo hoy, lo que debe llevar a pensar en crear nuevas organizaciones para poder incluir a esa gente, como dice el Papa Francisco.
Los derechos surgieron cuando los trabajadores, en la época de la Revolución Industrial, descubrieron que “la injusticia que padecen no es un castigo divino, sino que es una consecuencia de relaciones sociales y situaciones sociales”, según Cuda. Algo que ha impedido a muchos comprender lo que es el diálogo social, uno de los puntos centrales de Fratelli tutti. La teóloga argentina insistió en la necesidad de organizarse para evitar que mueran los defensores del actual Magisterio pontificio, que apunta a la ecología, una realidad presente en América Latina, desde donde a través de la comisión de la que es secretaria, busca construir puentes de inclusión, de reconciliación y de fraternidad, dentro de la Curia y entre diversas regiones del Planeta, respondiendo a lo que propone Praedicate Evangelium, que inicia hablando del como predicar el Evangelio, “con palabras y con gestos, tocando la carne sufriente en el pueblo, lavando los pies”.
Capacidad de
organización
En sus palabras quiso dar testimonio de cómo se organizan las relaciones del trabajo en América Latina, destacando la capacidad de organización, algo que llevó a cabo la Iglesia con el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CEAMA), y más recientemente con la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), que supera la dimensión episcopal y parte de las fuentes de vida, una lucha que está hoy presente en el mundo. Algo que recoge la Doctrina Social de la Iglesia, “el monumento que la Iglesia deja a la modernidad”, según Cuda, y que se va actualizando, dando continuidad al camino recorrido desde la Rerum novarum, pasando del egoísmo de los patrones a un sistema económico que mata, como aparece en Evangelii Gaudium.
Dado que la periferia no es visible, el Papa Francisco, que viene de la periferia, ha hecho visible esa realidad, según la secretaria de la CAL. Cuda reflexionó sobre la armonía que nace de la belleza de las partes, equivalentes, pero no idénticas, y sobre la armonía presente en el Magisterio del Papa Francisco, que se inicia con Evangelii gaudium, donde aparecen los principios. Desde ahí abordó el concepto de trabajo, del que depende la supervivencia, y que debe estar regido por las garantías sociales, para lo que es necesario que el Estado lo reconozca. En ese sentido, dijo que “la tecnología hizo que prescindamos de muchos cuerpos en las relacionesproductivas”, convirtiéndolo en mercancías.
La teóloga reflexionó sobre el papel de los movimientos populares en el actual panorama mundial, personas que se unen para salvarse, surgidas en las periferias, que impulsan la solidaridad, como organización que pasa a luchar por derechos. En esa perspectiva explicó lo que es y representa el diálogo social, y lo que ello supone en el Magisterio del Papa Francisco, que parte de la realidad, escucha, discierne y va a la acción, a partir de cuatro principios, lo que puede resolver la crisis ecológica socioambiental.
Font: Religión Digital