dilluns, 4 d’octubre del 2021

El Moviment Mundial de Treballadors Cristians diu la seva sobre el treball decent



MENSAJE JORNADA MUNDIAL POR EL TRABAJO DECENTE (7 DE OCTUBRE DE 2021)

Lamentablemente, el trabajo actual retrocede aún más con la negación de los derechos laborales, el deterioro de la democracia, la violación de los derechos humanos, la negación de la justicia social, el rechazo del pluralismo, la eliminación del secularismo, el fomento del odio político y el mantenimiento del fundamentalismo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptó recientemente como objetivo estratégico mejorar la cobertura y la eficacia de la “protección social para todos”, centrándose en la seguridad de los ingresos con atención en los pobres. Esto requiere identificar medios rentables y equitativos mediante los cuales la protección social pueda extenderse a todos los grupos. Y es necesario centrarse en brindar protección social a todo el sector informal. La perspectiva del “trabajo decente” resume las aspiraciones de las personas en su vida laboral. Implica oportunidades de trabajo productivo al proporcionar un ingreso justo. Requiere seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias, a través de mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social. Requiere libertad para que las personas expresen sus preocupaciones, se organicen y participen en las decisiones que afecten sus vidas y la igualdad de oportunidades y de trato para todas las mujeres y hombres. En noviembre de 2018, la OIT dijo que el 31% de los trabajadores indios trabajaban en condiciones insalubres, mientras que alrededor del 41% estaban mal pagados, colocando a India en el puesto 19 de 22 países de la región de Asia. El crecimiento sostenible requiere buena salud, buena nutrición y una buena educación. Esto puede promover la transición de actividades de baja productividad y sustento a trabajos decentes y altamente productivos, y de la economía informal a la economía formal. Una seguridad social adecuada fomenta la inversión en capital humano tanto para los empleadores como para los trabajadores. También permite a los trabajadores adaptarse al cambio y facilita cambios estructurales justos e inclusivos. Como estabilizador automático eficaz en tiempos de crisis, la seguridad social ayuda a mitigar el impacto económico y social de las recesiones económicas, a generar resiliencia y a acelerar la recuperación del crecimiento general. Se puede aprender mucho de la experiencia de algunos países en desarrollo o desarrollados en la extensión de la cobertura de los regímenes contributivos de seguridad social a los trabajadores de la economía informal. El Banco Mundial ha advertido que la COVID-19 ha estado creando una nueva generación de pobreza y malestar por la deuda, y el FMI ha dicho que los países en desarrollo corrían el riesgo de retroceder una década. El virus ha agrandado las brechas de ingresos o de riqueza en función de la clase, la raza y el género. Las mujeres se han visto afectadas, pero también porque tuvieron que asumir gran parte de la carga adicional del cuidado de los niños y niñas cuando las escuelas cerraron. En algunos países, la participación de las mujeres en la población activa ha caído a su nivel más bajo desde mediados de los años 80. Para que evolucione la legislación integral de protección social, es necesario garantizar una red de protección social mínima para todos los trabajadores, independientemente del salario, el tamaño de la empresa y el lugar de origen. Básicamente, debe basarse en los principios de democracia participativa, inclusión, dignidad, equidad, igualdad, rendición de cuentas y transparencia. Factores como el gasto social, la tributación progresiva y el funcionamiento de los derechos laborales deben ser los indicadores esenciales para medir el compromiso del gobierno de promover la equidad y reducir las desigualdades. Porque los gobiernos tienen un papel fundamental que desempeñar en la creación del entorno adecuado para que esto suceda. En todos los aspectos, las organizaciones de trabajadores y los sindicatos también deben luchar por la justicia social universal y un enfoque humanista de las economías políticas. 

Mensaje escrito por el Movimiento Obrero Cristiano de la India 

MOVIMIENTO MUNDIAL DE TRABAJADORES CRISTIANOS

El bisbe Salvador Cristau pel treball digne

 



Hi ha un treball digne? (03/10/21)

No només digne sinó també decent. Com cada any l’Organització Internacional del Treball (OIT) i altres organitzacions que hi col·laboren promouen, el dia 7 d’octubre i arreu del món, la Jornada Mundial pel Treball decent amb una retribució digna. Aquest any, malauradament, la Jornada continua emmarcada en la crisi de la pandèmia del coronavirus i per les seves dramàtiques conseqüències en el món del treball.

Déu, al crear l’home li va encarregar la missió de vetllar per la creació i sotmetre la natura, no pas com un càstig, sinó com a col·laboració a la seva obra creadora, com a imatges seves que som: “Déu digué: Fem l'home a imatge nostra, semblant a nosaltres, i que sotmeti els peixos del mar, els ocells del cel, el bestiar, i tota la terra amb les bestioles que s'hi arrosseguen.  Déu va crear l'home a imatge seva, el va crear a imatge de Déu, creà l'home i la dona (Gn 1, 26-27).

Això implica que totes les persones han de tenir l’oportunitat de realitzar una activitat productiva que aporti un ingrés just, seguretat en el lloc de treball i protecció social per a les famílies; que ofereixi millors perspectives de desenvolupament personal i afavoreixi la integració social, és a dir un treball digne i decent.

Per tant, el fet únic de l’ocupació no és suficient, aquesta ha de ser una ocupació de qualitat, ben remunerada, que repercuteixi de manera positiva en la vida dels treballadors i en el creixement de l'economia.

El passat mes de juny, a través d'un vídeo missatge, el Papa Francesc va demanar a l'Organització Internacional del Treball (OIT) i a les autoritats relacionades amb aquests temes, solucions per sortir de l'actual crisi laboral "buscant el bé comú", i prioritzant "els treballadors que es troben en els marges del món de la feina”.

Va dir també que resulta necessari evitar caure en la situació i els problemes que van caracteritzar el panorama previ a la pandèmia, com "el consumisme cec i la negació de les evidències que apunten a la discriminació dels nostres germans i germanes considerats com “d’un sol ús” en la nostra societat".

Per això, va comminar a fer front a aquests desafiaments buscant solucions que ajudin a construir un nou futur "fundat en condicions laborals decents i dignes, que provinguin d'una negociació col·lectiva, i que promoguin el bé comú".

Jesús, el Senyor, ens mostra el camí per superar les dificultats amb els seus ensenyaments i també amb les seves paràboles, com la del bon samarità, la dels vinyaters que volen treballar i no troben feina, etc.  És molt important mantenir l’esperança i esmerçar les nostres forces per construir un mon més just i fraternal, el seu Regne, tal i com demanem en el Parenostre, un món en el que tots puguin realitzar-se com a persones humanes amb un treball just i digne.

+ Salvador Cristau i Coll

Administrador Diocesà



¿Existe un Trabajo digno?

No sólo digno sino también decente. Como cada año la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y otras organizaciones que colaboran con ella promueven el día 7 de octubre y en todo el mundo, la Jornada Mundial por el Trabajo decente con una retribución digna. Este año, por desgracia, la Jornada sigue enmarcada en la crisis de la pandemia del coronavirus y por sus consecuencias dramáticas en el mundo laboral.

Dios, al crear al hombre le encargó la misión de velar por la creación y someter la naturaleza, no como un castigo, sino como colaboración a su obra creadora, ya que somos imágenes suyas. “Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó” (Gn 1,26-27).

Ello implica que todas las personas deben tener la oportunidad de realizar una actividad productiva que aporte un ingreso justo, seguridad del puesto de trabajo y  protección social para las familias; que ofrezca mejores perspectivas de desarrollo personal y favorezca la integración social, es decir un trabajo digno y decente.

Por tanto, no basta el solo hecho de la ocupación, esta debe ser una ocupación de calidad, bien remunerada, que repercuta de manera positiva en la vida de los trabajadores y en el crecimiento de la economía.

El pasado mes de junio, a través de un video mensaje, el Papa Francisco pidió a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y a las autoridades relacionadas con estos temas, soluciones para salir de la actual crisis laboral “buscando el bien común” y priorizando “los trabajadores que se hallan en los márgenes del mundo del trabajo”.

Dijo también que resulta necesario evitar el caer en la situación y en los problemas que caracterizaron el panorama previo a la pandemia, como “el consumismo ciego y la negación de las evidencias que apunten a la discriminación de nuestros hermanos y hermanas considerados como “de un solo uso” en nuestra sociedad”.

Por ello conminó a hacer frente a estos desafíos buscando soluciones que ayuden a construir un nuevo futuro “fundado en condiciones laborales decentes y dignas que provengan de una negociación colectiva y que promuevan el bien común”. 

Jesús, el Señor, nos muestra el camino para superar las dificultades con sus enseñanzas y también con sus parábolas, como la del buen samaritano, la de los viñadores que quieren trabajar y no encuentran trabajo, etc. Es muy importante mantener la esperanza y emplear nuestras fuerzas para construir un mundo más justo y fraternal, su Reino, tal y como  pedimos en el Padrenuestro, un mundo en el que todos puedan realizarse como personas humanas con un trabajo justo y digno.

+ Salvador Cristau i Coll

Administrador Diocesano