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Descanse en paz, santo padre
Desde la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente nos sumamos a las numerosísimas muestras de condolencia de miles de cristianos por la pérdida del papa Francisco. A lo largo de su pontificado ha abordado con profundidad el trabajo decente, considerándolo una parte esencial para la dignidad humana y la justicia social.
Queremos recordar algunas de sus aportaciones más notables relacionado con el trabajo decente:
En su homilía del 1 de mayo de 2020, Día de San José Obrero, el Papa afirmó que el trabajo es la primera vocación del ser humano y una continuación de la obra creadora de Dios. Subrayó que «el trabajo da dignidad», pero advirtió que esta dignidad es frecuentemente pisoteada por condiciones laborales injustas, como el trabajo forzado y mal remunerado.
En el mensaje a la 109ª Conferencia Internacional del Trabajo en 2021, Francisco destacó que el trabajo debe incorporar una «dimensión del cuidado», tanto hacia las personas como hacia la creación. Señaló que un trabajo que destruye el medio ambiente o precariza a los trabajadores no puede considerarse decente. Abogó por políticas que promuevan la conciliación laboral y la reducción del tiempo de trabajo.
En diciembre de 2023, el Papa denunció que la falta de empleo y la precariedad laboral son heridas a la dignidad de las personas, impidiéndoles planificar su vida y condenándolas a un equilibrio inestable. Llamó a enfrentar estas situaciones con políticas que garanticen empleos estables y dignos.
En cuanto a las enseñanzas en documentos oficiales, en la exhortación apostólica Evangelii gaudium (2013), Francisco señaló el sistema económico que excluye y genera desigualdad, y defendió el derecho al trabajo digno como medio para la inclusión social.
El legado del papa Francisco en relación al trabajo decente es una llamada constante a reconocer y proteger la dignidad inherente al trabajo humano, promoviendo condiciones laborales justas y sostenibles para todas las personas.
Desde la iniciativa Iglesia por el trabajo decente, queremos destacar en estos momentos de profunda tristeza, que en su magisterio siempre estuvo presente la esperanza como una virtud central esencial para la vida cristiana y la transformación del mundo. De esta manera, convocó el Jubileo de 2025 bajo el lema «Peregrinos de la esperanza», instando a mantener viva la llama de la esperanza y a mirar al futuro con confianza, especialmente en tiempos de incertidumbre.
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